En la tradición oral “la dientona de Semana Santa es un figura constante que espanta a grandes y chicos…
Artículo # 82 de la serie
Gustavo Mirabal en Venezuela
La dientona , una figura de la tradición oral venezolana.
Existen variadas versiones de este personaje en la literatura latinoamericana.
En Venezuela se le asocia con otras figuras como la sayona, la llorona, la mujer que asusta en las carreteras a los hombres que andan en busca de aventuras.
Mercedes Franco, es una investigadora y escritora venezolana que se ha detenido en la recopilación de estas historias. Presentaremos una de las versiones recogidas por ella en una de sus compilaciones:
En Tovar, población del estado Mérida, nadie sale de noche. Temen encontrarse con “La Dientona”. Por su aspecto, no parece capaz de hacer daño a nadie: dicen que posee un rostro angelical y larga cabellera rubia.
Cuentan los más viejos, los que saben…
Refieren los ancianos que dos jóvenes del pueblo, René y José Jesús, poetas y serenateros andaban una noche de parranda cuando vieron a una linda muchacha rubia. Les dijo que era poeta y les pidió que la acompañaran, pues ya era de madrugada.
— Puede ser “La Dientona”, —le susurró René a José Jesús.
— Claro que no, tonto, ¿no ves lo linda que es? —ripostó el otro.
— Tiene los dientes un poco grande, —insistió René.
— Bueno —protestó la joven— secretos en reunión es mala educación.
Siempre inventando y rivalizando…
Echaron a andar, cada uno al lado de ella. Ambos rivalizaban por despertar su interés. Llegaron al fin a la casita solitaria. La rubia los invitó a pasar, e invitó a René al jardín, para escribir poemas bajo la luna.
— ¡Tomate un traguito! —le gritó desde lejos la mujer al otro.
El poeta obedeció, pero después de una hora se aburrió. Decidió irse y quiso despedirse de su compadre. Lo llamó y nadie respondió.
La fatalidad se hizo presente
Sólo se oía un extraño sonido, como el ruido que hacen los perros al masticar huesos.
José Jesús se acercó a un rosal florecido y vio a la bella rubia comiéndose tranquilamente a su amigo. El poeta escapó invocando a la Virgen de la Candelaria.
(Mercedes Franco (2006) “LA DIENTONA. (ESPANTOS Y APARECIDOS)” La Cadena Tricolor. N°178. Cadena Capriles. Caracas – Venezuela. P. 12-13.
He aquí otra de las versiones
Dicen que en Semana Santa hay que cuidarse mucho, pues es la ocasión en la que aprovecha la dientona para aparecerse en las carreteras solitaria, en las orillas de los rís y hasta en los managlares y a las orillas de la playa.
Dicen que aparece para llorar sus pédidas. Cuentan que es un ánima en pena.
Algunos hablan de la sayona que era una mujer celosa y que mató a su marido; otros hablan de la llorona y dicen que fue una mujer que enloqueció y mató a sus hijos.
Estas son historias de la tradición oral latinoamericana y venezolana y que tienen prbablemente un trasfondo más profundo que nos habla del inconsciente colectivo y de los arquetipos de la humanidad y que no podemos profundizar en este momento, pero sugerimos estudiar. Seguro que encontrarán aspectos muy interesantes al repecto.
Semejanza con la Sayona
Dicen quienes investigan y quienes han tenido alguanas experiencias que la dientona que aparece en los andes y en el estado Lara, posee varias semejanzas con la de La Sayona, proveniente de Los Llanos venezolanos.
¿Quién era La Sayona?
Algunos cuenteros de pueblo aseguran que la Sayona existió en la vida real y se llamaba Casilda. Esta mujer era muy celosa y posesiva, y un día, luego de hacer caso a chismes, quiso sorprender a su marido con su supuesta amante. Por lo que, terminó quemando su propia casa con toda su familia adentro ganándose la maldición que la hace aparecerse penando por la región llanera de Venezuela.
¿Por qué se le llama Sayona?
El alma en pena de Casilda recibió el seudónimo de Sayona debido a que su particular grito puede escucharse a grandes distancias y también por su vestimenta, una bata blanca llamada sayo, como las que usan los penitentes de las procesiones en semana santa.
Cuentan que el sonido de su grito es tan aterrador que dice temblar y erizar la piel del miedo a todo aquel que lo escuche.
Además, éste espectro puede presentarse en diversos cuerpos, ya que no sólo se aparece como una mujer vestida de blanco, sino también como un perro o un lobo.
Lo que cuentan algunos hombres
Un hombre que dice haber tenido un encuentro con La Dientona, aseguró que una noche en la que se encontraba paseando, se topó con una dama muy sugestiva. Lo curioso, era que ésta no se dejaba ver.
Ella oculta su rostro
El hombre extrañado le preguntó:
– ¿Por qué ocultas tu cara?
La mujer no respondió.
Seguro de no haberla visto nunca antes, esta vez se interesó por conocer el lugar de origen de esta misteriosa mujer.
Vive en un lugar muy “sui generis”
– ¿En dónde vives?
Ella respondió con una voz cálida y suave:
– Muy pronto lo sabrás.
Caminaron varias cuadras, hasta llegar al Cementerio. De repente la mujer gritó:
– Esta es mi casa.
En ese momento volteó el rostro hacia su acompañante, dejando ver una dentadura tan feroz, que parecía un estuche de puñales.
Los hombres se cuentan sus historias
El hombre huyó, y mientras corría tropezó con un caballero que estaba recostado a una pared. No lo conocía, pero procedió a contarle todo lo que le había sucedido, pues la pena comunicada alivia.
Al hacer referencia a los enormes dientes de la aparición, el hombre preguntó con una expresión por demás sarcástica:
– ¿Y serían como estos?
Nuevamente aparecieron ante el hombre, unos filosos dientes que no desmerecían en lo absoluto a los de la mujer. El hombre corrió despavorido hasta llegar a su casa y reflexionó preso del insomnio.
La Dientona le había jugado una mala pasada, pero además, lo había convencido de los peligros que acechan a los que les gusta trasnocharse.
La dientona aparece en Semana Santa
Se habla de la Dientona de Seman Santa, justamente porque esta es la semana mayor, es el tiempo en que los penitentes del Santísimo salen para pagar promesa y para deshaogar su dolor y su tristeza.
Dicen tambien que la Dientona de Semana Santa aparece para pedir perdón.
Recordamos de nuestra niñez, un paseo a los Andes en Semana Santa, en el que todo el mundo parecía sugestionado porque escuchaban los gritos de una mujer a la media noche y no queríamos dar crédito a lo que la gente decía, pero nuestra curiosidad fue muy grande y nos venció y estuvimos muy, muy atentos y podemos jurar que escuchamos esos gritos, pasadas las doce de la noche. Era una mujer que gritaba con una voz desgarradora:
-!Mis hijos! Mis hijos! Pobrecitos mis hijos!… Podemos dar crédito de lo que escuchamos, aunque no podemos afirmar que la vimos.
Algunas personas sí afirmaro que habían visto a la Dientona de Semana Santa.
En fín, la dientona y la llorona se juntaron…
En esta experiencia se juntaron dos leyendas diferentes, cuyos orígenes son distintos, pero la gente los asocia por las características que les da a estas mujeres. Una es una mujer que enloquece y agrede a sus propios hijos y la otra mujer, es una mujer celosa que mata a su marido.
A estas alturas nos preguntamos ¿qué hay en el inconsciente de la sociedad para demonizar a las mujeres y crear este tipo de leyendas?. Un apregunta que dejamos abierta para considerar respuestas para el futuro y revisar la historia del patriarcado en la cultura universal.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
https://gustavomirabal.ae/
https://gustavomirabal.ch/
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