EL ENCUENTRO CON LUZ CARABALLO

Artículo #35 de la serie:

GUSTAVO MRABAL EN VENEZUELA

La figura alta de Luz Caraballo apunta el camino

Después de haber recorrido varios pueblos y de haber probado la comida originaria de los mismos, la abuela Isabel Teresa, Gustavo y María Gabriela se dirigieron al Parque y monumento a Luz Caraballo, ubicado a la orilla de la carretera trasandina, a una altura de unos 3.400 metros sobre el nivel del mar. A lo lejos se  aprecia la estatua de  Luz: una figura alta, delgada, de semblante triste,  con su dedito índice apuntando al cielo.

Esa que se ve ahí,  es Luz Caraballo, dijo la abuela Isabel Teresa. Entonces María Gabriela  apuró el paso, subió  rápidamente la escalinata e inició unas carreras alrededor del pedestal empedrado,  precisamente  donde está ubicado el monumento y donde unos niños recitaban:

Los Deditos de  mis manos,

Los deditos de  mis pies,

Uno, dos, tres, cuatro, cinco,

Seis, siete, ocho, nueve, diez…

La abuela en cambio, se había ido  acercando despacio y justo trataba de recordarle a María Gabriela que no corriera, cuando el ¨guía turístico¨,  le llamó la atención.

¿Qué es eso del  “mal de páramo”?

—  ¡Niña, no corra!, camine lentamente,  hasta que el cuerpo se le acostumbre  al frío,  que le puede dar mal de páramo. ¡Aquí donde estamos es mucha la altura y  por eso es que hay poco oxígeno!

  • ¡Mal de Páramo!, ¿Qué es eso? repitió María Gabriela, como desconfiando del consejo.
  • ¡Eso les da a las personas que no están acostumbradas a estas alturas. Y si les da ¨Mal de Páramo¨ se pueden sentir muy mal, la gente se marea, les duele la cabeza, les da ganas de
    Monumento a Luz Caraballo, Chachopo.
    Estado Mérida.

    vomitar, a otros se les baja la tensión, y se les pueden echar a perder algunos días de vacaciones.

 

Los merideños saben cuidar  a los turistas

  • A nosotros, los merideños, nos gusta que nuestros turistas disfruten de nuestras montañas y del frío. Pero si siguen mis consejos nada malo les pasará. ¡Hay que caminar lentamente y permitirle a nuestro cuerpo que se acostumbre a la altura y al poco oxígeno!

Escuchando el poema  de Andrés Eloy Blanco

  • Pero mejor vengan, vamos a acercarnos a Luz, donde están los niñitos y las niñas recitando.

Ahí estaba la abuela Isabel teresa, mirando a Luz y escuchando lo que el coro de niños y niñas, de cachetes rojos, de ruanas  y pasamontañas,  seguía recitando:

De Chachopo a Apartaderos

Caminas, Luz Caraballo,

Con violetitas de Mayo

Con carneritos de Enero…

…se te van poniendo feos

Los deditos de tus manos…

 

María Gabriela  escuchaba encantada

María Gabriela escuchaba lo que decían los niños y las niñas, se dejaba encantar por la musicalidad de los versos y se imaginaba cosas mientras miraba fijamente aquella figura alargada, y aquel semblante triste… Cuando el coro de  niños hubo terminado empezó su listado de preguntas:

— ¡Aja!  Pero ¿Qué le ocurrió a  Luz, que yo no entendí muy bien y por qué se ve tan triste?, le preguntó a la abuela.

 

Las diferentes versiones sobre la “loca Luz Caraballo”

—Bueno,  sabe niña, —se apresuró a responder el guía—  de ella se cuentan muchas cosas… es que hay muchas leyendas, sabe…que si el marido la dejó;  que si el hombre de  Luz era el mismísimo Bolívar;… otros dicen  que no, ¡Qué cómo va a ser, que no cuadran las fechas! Que quien se lo llevó fue la ¨Comisión de Gómez¨… Que del  marido le habían  quedado cinco muchachos, de  los cuales dos se murieron y que  los otros tres se le fueron con el ejército de Bolívar o con unas montoneras,  de esas tantas que ha habido.  Lo cierto es que ella quedó sola y  desde entonces  se volvió loca y es por eso que anda por ahí, más que todo entre Chachopo y Apartaderos.

—¿Y qué es eso de la ¨Comisión¨?, preguntó Gustavo, muy interesado en conocer  las leyendas, creencias y tradiciones populares.

—Bueno, así se les decía a los policías y guardias del general Gómez, ¿Sabe?…

 

María Gabriela, preocupada por Luz Caraballo

— Abuela, Luz es una mujer peligrosa, ¿verdad?,  preguntó temerosamente  María Gabriela.

— No, respondió la abuela — comprometiendo con su mirada al guía turístico—  más bien es una mujer solitaria, gran protectora de estos lugares y de los niños.

Entonces la abuela Isabel teresa, Gustavo y María Gabriela agradecieron a los  niños recitadores y al guía turístico su atención y se dirigieron al mirador desde donde pudieron divisar la limpidez del cielo azul sobre Apartaderos y una hermosa panorámica del pueblo: con sus techos rojos, sus montañas verdes, sus bien  delineados sembradíos,  y de  tanto en tanto uno que otro árbol  o pinar.

 

Quién fue Andrés Eloy Blanco 

Andrés Eloy Blanco Meaño, nació en Cumaná, estado Sucre, el 6 de agosto de 1896 y murió en Ciudad de México, el 21 de mayo de 1955. Fue abogado, escritor. También fue humorista y político

Perteneció a la recordada generación del 28,  generación integrada por un grupo de estudiantes universitarios que lucharon en contra  de la dictadura de Juan Vicente Gómez. Generaron un movimiento de carácter académico y  estudiantil que tuvo sus inicios en el carnaval de 1928.

Andrés  Eloy Blanco se destacó en la poesía por el sentido social de la misma. Fue el ganador  de varios reconocimientos como poeta. Fue el autor de Píntame  angelitos negros.

 

Culminando el día de paseo

Después de recrear su vista y espíritu todavía tuvieron algo de tiempo para  andar por las caminerías del parque, apurruñarse unos contra otros y frotarse las manos para espantar el frío, cuando el guía turístico interrumpió aquel disfrute diciendo:

  • Abuela, niño, niña alístense que por aquí los vinieron a buscar.

Llegaron unos amigos de la abuela Isabel Teresa  a buscarlos. De no haber estado esperándolos, la abuela Isabel Teresa no habría podido reconocerlos, tanto habían cambiado… Seguramente a ellos les había sucedido lo mismo con ella, pensó.

En el carro, de regreso a la posada, María Gabriela no podía apartar su pensamiento de Luz, aquella mujer solitaria y triste, y hasta imaginó que hablaba con ella, y que le completaba su  historia dándole un final útil y feliz: ella era  la guardiana y  protectora de los páramos y de los niños y las niñas. Y esto lo escribió en su diario. Se había quedado con la imagen y con los versos que recitaban los niños frente al monumento, repetía pensativa “los deditos de sus manos / los deditos  de sus pies”…

 

REFERENCIAS  BIBLIOGRÁFICAS

https://www.gustavomirabal.es/gustavo-mirabal/el-verdadero-gustavo-mirabal-castro/

https://www.gustavomirabal.es/uncategorized/gustavo-mirabal-en-el-mundo-ecuestre/

https://www.gustavomirabal.es/equitacion/el-hipismo-en-venezuela-tiene-nombres/ 

http://gustavomirabalcastro.online/

https://www.instagram.com/gustavomirabal.es/

 

https://www.google.com/search?q=imagenes+del+estado+merida+venezuela&tbm=isch&source=iu&ictx=1&fir=CgN6zjgS_i-38M%253A%252Ch2jcvN6DjdMJhM%252C_&vet=1&usg=AI4_-kSBAXG6975jnClIT8PBdRsWUTTfmQ&sa=X&ved=2ahUKEwjp1c2Rn4bjAhVnxFkKHQnlDNwQ9QEwA3oECAcQCg#imgrc=CgN6zjgS_i-38M: