Artículo #22 de la serie:
GUSTAVO MIRABAL EN VENEZUELA
Rumbo a la Costa y los caballos nos nos abandonan
En este viaje rumbo a La Costa, salimos en cambote con los nietos, con la intención de seguir conociendo el estado Aragua. Queríamos detenernos en varios pueblos.
Partimos desde Maracay, por una carretera preciosa, plena de verdor y de abundante vegetación. Pero por cosas de la vida, y quizás porque todos tenemos una debilidad por la fauna equina, no paramos de ver caballos por todo el camino.
Los caballos siempre están allí.
En el fondo, sentíamos que aunque no los propusiéramos, los caballos nunca nos abandonaban y por alguna razón se hacen presentes en todos los caminos que recorremos. Los caballos siempre están allí.
Nos imaginamos que los dueños de los caballos y las personas a su cargo, además de dedicarles cuidado, también los tenían como apoyo a los trabajos que realizan en las pequeñas fincas y en las faenas que realizan en el Parque Henry Pitier.
Cumboto y las frutas del cacao
El pueblo que visitamos en primer lugar fue Cumboto, un pueblo pequeño muy agradable, de gente muy sencilla. Allí no hay playa, pero sí un río divino, en el que sin pensarlo dos veces se lanzaron nuestros nietos María Gabriela y Gustavo. Aquí vieron por primera vez unas plantas de cacao.
-Abuela esta fruta se parece a una lechosa -comentó María Gabriela.
-Sí hija, pero no es una lechosa. Su color y su textura son diferentes. De esa planta obtenemos el rico chocolate venezolano. Pero ya veremos más plantaciones de cacao en los otros pueblos de la costa que vamos a visitar.
-Sí abuela, y vamos a seguir, porque se nos está haciendo tarde -le dijo Gustavo, quien estaba un poco ansioso por llegar al destino que se habían planteado para ese día.
Ocumare, tierra de sol incandescente y de amables habitantes
Al llegar a Ocumare de la Costa nos instalamos en la Posada de la señora Martina, quien nos recibió muy amablemente y nos indicó donde estaban nuestras habitaciones.
Todos nos pusimos bastante protector solar. María Gabriela se puso un sombrerito que le había regalado su mamá; Gustavo se colocó la gorra de su equipo preferido y la abuela y nosotros no nos quedamos atrás, también nos pusimos nuestros sombreros.
Vestidos de playa e impacientes
La abuela se puso un sombrero adornado con flores para protegerse de los rayos solares y todos nos fuimos a recorrer el pueblo.
-Abuela ¿cuándo vamos a llegar a la playa? Tenemos ganas de darnos una buena zambullida en el mar. No vemos la playa todavía.
-Pronto mis hijos. Primero le daremos un recorrido al pueblo y después nos acercaremos a La Boca, que es más bien la playa donde se reúnen los pescadores y el muelle en donde se toman las lanchas para ir a otros lugares.
Luego iremos al Playón y allí nos bañaremos. Les cuento que éstas no son las únicas playas de esta zona, también hay otros playas que se pueden disfrutar como las de Cepe, La Ciénaga; la Bahía de Cata y Cuyagua, entre las más cercanas de este municipio.
¡Por fin! Playa, paseo y juegos tradicionales
Por fin llegamos al preciado paraíso del mar. Allí disfrutamos muchísimo y vimos la caída del sol al atardecer.
María Gabriela recogió unas piedritas y unos caracoles porque tenía la intención de hacer un adorno para llevárselo de recuerdo.
Cuando regresamos, María Gabriela y Gustavo jugaron chapitas y perinola con otros niños del pueblo y con algunos niños y niñas que, como ellos, estaban
La hermandad de los diablos danzantes
María Gabriela, Gustavo, vengan para que conozcan a estos señores. Ellos son miembros de la Hermandad de Diablos Danzantes de Ocumare de la Costa.
-¿Cómo es eso abuela? ¿Aquí no sale un diablo, sino varios diablos que son hermanos? ¡Uuuuy! Así me da más miedo todavía -comentaba María Gabriela.
-¡No hija! Lo que ocurre es que hay un grupo de señores, jóvenes y mayores, que hacen una promesa para rendirle honor al Santísimo Sacramento, el día de Corpus Christi y salen a danzar en una fecha, que por lo general es en el del mes de junio. Esa organización es la que se llama hermandad.
-Ahora sí lo tengo claro abuela. Yo estaba confundida con el otro diablito.
Hay diablos y diversos danzantes en otros lugares
El señor Valentín, uno de los integrantes de la hermandad, les explicó después que además de los diablos de Ocumare, en el Estado Aragua, también salen a danzar los diablos de Cata, de Cuyagua, de Chuao y los de Turiamo, que danzan en Maracay, en el barrio 23 de Enero.
Otras manifestaciones tradicionales
También nos contó el señor Valentín sobre otras manifestaciones tradicionales del Municipio Ocumare de la Costa de Oro, como la fiesta de San Juan, Los Velorios de Cruz en el mes de mayo, las fiestas patronales de San Sebastián y de la Virgen del Carmen, las parrandas navideñas y ¡bueno!… pare usted de contar.
Esa noche pudimos disfrutar de una deliciosa comida y después fuimos a la plaza para escuchar a la retreta de Ocumare de la Costa. Después de escuchar la música nos fuimos a descansar.
Nos encantaría vivir en Ocumare de la Costa y galopar con los caballos frente al mar.
-Qué bueno, abuela. Pero sabes que me gustaría mucho a mi, tener mi caballo, uno de esos caballos bonitos que he visto en el pueblo.
Me encantaría vivir aquí y salir a pasear con mi caballo todas las tardes, o al amanecer. Cabalgar y pasear frente al mar y ver la puesta del sol, galopando con mi caballo al atardecer.
Me gustaría hacer eso todo el año, todos los días de mi vida.
Todo el año tienen una celebración -comentaba Gustavo, mientras copiaba afanoso todos estos detalles en su cuaderno de notas.
Y como acostumbra María Gabriela, por la noche antes de acostarse, escribió su diario:
Hola querido Diario. Aquí se ha pasado el tiempo rapidito. Me encantó la playa y la puesta de sol. Comimos un pescadito muy rico que se llama jurel y unas conservas de coco con papelón y nos regalaron unas bolitas de cacao, que son producto del trabajo de los agricultores que viven aquí. Ya tengo unos cuantos amigos nuevos y aprendí a jugar chapitas con los muchachos. Hicimos una apuesta de perinola y ganó Gustavo. Conocí otros juguetes tradicionales que tienen los muchachitos aquí, pero ahorita se me olvidan los nombres. La gente de este pueblo es muy simpática. Nos estuvieron hablando sobre los Diablos Danzantes y también la abuela disfrutó mucho con la música de la retreta. Mañana vamos a otros pueblos de la costa. Voy a dormir. Que pases buenas noches querido Diario. Bueno, antes te voy a dibujar el mar, porque quiero quedarme con él, y también con el sol y con los peces… con tantas cosas. Ahora sí. Hasta mañana.
Nos contaron que…
El nombre de Ocumare viene de la voz cumari. Cuentan que así llamaban los indígenas a una planta que usaban para elaborar las hamacas.
Nos contaron también que la economía de los pobladores de Ocumare de la Costa se sustenta en la pesca artesanal y en la agricultura, particularmente en el cultivo del cacao.
Nos contaron que los integrantes de la Hermandad de los Diablos Danzantes, cumplen promesa y comienzan sus ensayos con un mes de anticipación, para prepararse física y espiritualmente.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
https://www.gustavomirabal.es/gustavo-mirabal/el-verdadero-gustavo-mirabal-castro/
https://www.gustavomirabal.es/uncategorized/gustavo-mirabal-en-el-mundo-ecuestre/
https://www.gustavomirabal.es/equitacion/el-hipismo-en-venezuela-tiene-nombres/
https://www.flickr.com/photos/161015276@N06/33569658188
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https://www.elperiodiquito.com/noticias/99707/Hoy-arranca-operativo-en-Ocumare-de-la-Costa
http://historiasdemaracay.blogspot.com/2017/02/el-playon-ocumare-de-la-costa.html