Una niña preguntona y una madre soñadora
Arantza me sorprendió ayer con una pregunta. Me preguntó por los unicornios cuando menos me lo esperaba, en medio de los quehaceres cotidianos. Ella estaba haciendo sus tareas, encima de la mesa en la que solemos colocar todas las cosas y realizar todos nuestros trabajos. Me preguntó: “¿Mamá los unicornios existen?”…
Me cayó de sorpresa esta pregunta y un torbellino de inquietudes arropó todo mi ser. Dejé lo que estaba haciendo y fue como si me hubiera montado en una nube y desde allí viera pasar mi infancia y parte de mi adolescencia.
En un primer momento no supe que responderle, pero sí sabía en lo más profundo de mi ser, que para mí, sí existen los unicornios y que pueden ser de diferentes colores y que además cabalgan en mi imaginación y que cada vez que quiero que un deseo se me cumpla, pienso en un unicornio de un color específico y casi siempre mis deseos se cumplen.
Arantza siguió preguntando por los unicornios y por qué existen y quiénes son sus padres y por qué tienen un cuerno en la frente y por qué son blancos y por qué pueden ser de diferentes colores. ¡Uf! no paraba de preguntar y yo no paraba de soñar y de buscar la forma más adecuada de responderle.
El Unicornio Azul
Recordé un canción hermosísima que cantaba Silvio Rodríguez, un cantautor cubano de la Nueva Trova Cubana que se titula Mi Unicornio Azul. Recuerdo que a una de mis tías le encantaba esta canción, yo tendría como unos cuatro o cinco años y mi tía me llevaba al parque y jugábamos mucho y ella me contaba historias de unicornios, de caballos que volaban, de princesas encantadas, de caballos que eran bien bonitos y también de tortugas y tortugos.
Recuerdo mucho el cuento de Arturo y Clementina que trataba de una historia en la que el tortugo se la pasaba descalificando todo el tiempo a Clementina porque ella quería ser artista y le gustaba la libertad. Pero finalmente Clementina logra alcanzar sus sueños y su libertad, a pesar de Arturo.
Mi tía también compartía su música con nosotros, con todos sus sobrinos. Logro recordar que una noche de luna llena, nos contó muchas historias de la luna en la azotea de la casa y nos invitó a mirar el cielo y nos puso a escuchar la canción de Mi Unicornio Azul que a ella tanto le gustaba.
Mi Unicornio Azul es una historia un poco triste, pero es muy bonita, la música es linda. El unicornio al final se va y se separa de su dueño. También se va en búsqueda de su independencia. Pero es que realmente, nadie le pertenece a nadie. Ese es el verdadero amor, el amor que logra entender que podemos compartir la vida, pero que no podemos perder nuestra esencia.
La pregunta continúa
Pero mami dime. ¿De verdad existen los unicornios?
Pues no podía pasar más tiempo ensimismada, sumergida en mis recuerdos y tuve que concentrarme en dar una respuesta que pudiera satisfacer a Arantza, que de paso no se conforma nunca con respuestas superficiales, porque es curiosa, detallista y acuciosa y tiene espíritu de investigadora y estoy segura que si no le hubiera respondido, igual ella iba a meterse en internet e iba averiguar, o iba a buscar en la biblioteca del colegio o en la casa, desmantelando los estantes hasta encontrar respuestas.
Entonces tuve que bajarme de la nube del ensueño y de los recuerdos y aterrizar en una respuesta convincente y muy bien argumentada.
¿Qué es un mito?…
Así que me di a la tarea de decirle que el unicornio es un animal mitológico y que se encuentra en primer lugar en la cultura griega, es decir en la historia más antigua y tuve también que explicarle qué es un mito.
Y tuve que decirle también que el unicornio fue un ser magnífico y muy valorado durante toda la Edad Media.
Le dije que los mitos son historias de tradición oral y que están llenas de fantasía y que los personajes que aparecen en ellas nos explican el comportamiento de los seres humanos y también nos explican sobre las fuerzas de la naturaleza. Los mitos están protagonizados por dioses, héroes o personajes fantásticos. Y por supuesto, le comenté que el unicornio forma parte de este universo y por ello es considerado un personaje mitológico.
Cómo son los Unicornios
Arantza no paraba de hacer preguntas y una vez que le dije que el unicornio es un ser mitológico, me pidió que le contara con más detalles cómo son realmente los unicornios.
Le conté que los unicornios son representados frecuentemente como un caballo blanco, con barba de chivo, con fuertes pezuñas y un cuerno en su frente. Ya ella lo sabía porque por alguna razón me hacía la pregunta; pero quería que se lo explicara en detalle.
Se suele decir que en la Edad Media y en el Renacimiento, se describía como una criatura del bosque, sumamente salvaje. Y a todo esto se agrega que el unicornio es símbolo de pureza y elegancia. Lo que comprobamos al leer la literatura sobre las historias y las leyendas de unicornios, en las imágenes, en las obras de arte que han reproducido este fabuloso animal mitológico.
El Unicornio siempre ha tenido su propio jardín
Le narré a Arantza sobre algunas experiencias que conocía sobre los unicornios y le conté que en un libro hermosísimo titulado De la historia y la verdad del Unicornio de Michael Green, se habla del mundo de los símbolos y de las fantasías.
Y dentro de este mundo fantástico, existe un jardín para el unicornio. Un jardín en el que se cultivan flores luminosas y donde el unicornio pasa tiempo meditando.
Pero además en este jardín, el unicornio establece una profunda amistad con los seres humanos y los protege de todo mal, de todas las adversidades: “Así pues, el unicornio, hermano mayor, amigo y guía, vigilaba que ningún hombre se aventurara fuera del jardín” (Green, 1986:26)
Fue así como a través del tiempo, se establecieron lazos de profunda amistad entre el unicornio y las personas. Esta amistad durará toda la eternidad: “Entonces se forjaron los lazos que el tiempo jamás podrá desatar, por larga que sea la separación existente, jamás el unicornio y el hombre volverán a encontrarse como extraños” (Green, 1986:27)
Y colorín colorado, esta historia, apenas ha comenzado…
Parecía que Arantza estaba satisfecha con las respuestas, pero su curiosidad es infinita y quería que le contara historias de unicornios.
Ya había que ir cerrando todas las conversaciones porque se hacía tarde y había que irse a dormir y a descansar, porque hay que madrugar para ir a la escuela al día siguiente y para asumir la rutina diaria de trabajar y dar el salto de la fantasía a la cotidianidad.
Sin embargo, me hizo prometerle que continuaría contándole historias y leyendas de unicornios. Es más, me hizo prometer que investigaríamos juntas y a profundidad por qué los unicornios existen y que además publicaríamos juntas lo que escribiéramos y se lo prometí y en una próxima entrega les contaré más en detalle sobre las leyendas del Unicornio.
Arantza, también me dijo:
- Mamá, no importa, yo también como tú, creo en la magia de los unicornios y sé que esta noche vamos a soñar las dos con alguna de sus leyendas y nos vamos a encontrar en ese sueño y yo le voy a pedir un deseo al unicornio azul y sé que se me va a cumplir y ese deseo es tenerte siempre a mi lado para que me cuentes historias de aventuras y de unicornios y me permitas volar con mi imaginación y tu imaginación siempre, siempre, hasta el infinito.
Le di un beso a mi niña hermosa y nos fuimos con nuestros sueños a descansar y a soñar con una nueva aventura, porque quién dijo que los unicornios no existen.
Bibliografía consultada:
https://www.gustavomirabal.es/gustavo-mirabal/el-verdadero-gustavo-mirabal-castro/
https://www.gustavomirabal.es/uncategorized/gustavo-mirabal-en-el-mundo-ecuestre/
https://www.gustavomirabal.es/equitacion/el-hipismo-en-venezuela-tiene-nombres/
http://gustavomirabalcastro.online/
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http://about.me/gustavomirabal
https://mitologia.fandom.com/es/wiki/Unicornio
Green, Michael (1983) De la historia y la verdad del Unicornio. Colombia, Editorial Urano