ÉRASE UNA VEZ UN CABALLO QUE SE ALIMENTABA DE JARDINES…

**Esta es la historia de Un caballo que era bien bonito de Aquiles Nazoa**

La historia de un caballo hermoso y amable fue escrita por Aquiles Nazoa, uno de los escritores emblemáticos del siglo XX en la literatura venezolana. La historia de un caballo que era bien bonito ha formado parte de la vida de muchos niños y niñas venezolanos y latinoamericanos.

Es una historia en la que se fusionan en una misma expresión la poesía y la narrativa. Sólo tenemos que leer o escuchar el inicio de este relato para enamorarnos del personaje principal del mismo, el caballo que se alimentaba de jardines:

Yo conocí un caballo que se alimentaba de jardines. Todos estábamos muy contentos con esa costumbre del caballo; y el caballo también porque como se alimentaba de jardines, cuando uno le miraba los ojos las cosas se veían de todos los colores en los ojos del caballo. (Nazoa, 2012:253)

No puede ser de otra manera, pues Aquiles Nazoa no sólo fue un contador de historias en prosa, también escribió y narró en poesía y en teatro y no perdía la oportunidad de juntar en su obra literaria una buena dosis de humor y de amor. De hecho es muy conocida la compilación de sus escritos en una obra titulada Humor y amor de Aquiles Nazoa.

Entre la ternura y la vida cotidiana

En la historia del caballo que era bien bonito, Aquiles, logra enternecernos con este personaje que comía flores, que se engalanaba en la plaza para convertirse en el espectáculo de los días domingos, porque además era un caballo amable y cariñoso. “¡Qué caballo tan agradable!

A nosotros cuando más nos gustaba verlo era aquellos domingos por la mañana que estaban tocando la retreta y ese caballo de colores llegaba por ahí vistiéndose de alfombra por todas partes que pasaba” (Nazoa, 2012:254).

Era un caballo que se pintaba de ilusiones

Era un caballo alegre y generoso. Decía Aquiles que a toda la gente le hubiera gustado dar un paseíto en es caballo tan gentil y tan bello; sin embargo, no lo hacían porque les daba un poco de vergüenza y no sabían cómo pedírselo.

Como era un caballo tan bonito, la gente que lo veía, era capaz de ilusionarse y pensar en las cosas buenas de la vida y era capaz de pensar en el éxito, la alegría, en los aromas de la felicidad.

Las personas vivían la música y la alegría en su interior

Este caballo tan bonito era alimentado por los jardineros y era muy generoso, en algún momento, por razones que no dependían de él, tuvo que escoger muy tristemente si se comía todo lo que estaba en la plaza, incluyendo a algunas personas, pero él era una caballo muy considerado y aunque estaba hambriento, pensó que la gente tenía demasiadas necesidades. Entonces optó por comerse sólo a los músicos:

Y los músicos encantados. Como el caballo estaba lleno de flores por dentro, ellos ahí se sentían inspirados, se la pasaban tocando música dentro del caballo. Bueno, y como el caballo se alimentaba de jardines y tenía todos los colores de las flores que se comía, la gente que pasaba por ahí y lo veía esperando que los jardineros le echaran su comida, decían: míreme ese caballo tan bonito que está ahí espantándose las mariposas con el rabo. (Nazoa, 2012:254)

¡Qué manera tan bonita de hablar!, incluso de las cosas tristes…

Este caballo que era tan bonito y tan amable, también era admirado, incluso perseguido por su belleza, por su actitud y por su gallardía.

Un día apareció un general que se entusiasmó mucho con el caballo tan bonito y se lo llevó a la guerra para cabalgarlo en sus proezas de guerrero y lo llevó a varias batallas, y en una de éstas, cuando participaba en la guerra mundial, un tiro que iba dirigido al militar mató al caballo que se alimentaba de jardines, al caballo más bonito del mundo.

Pero éste “cayó a tierra echando una gran cantidad de pájaros por la herida porque el general lo había herido en el corazón” (Ibíd, pág. 255)

Aquiles tuvo la virtud de hablar de los temas más difíciles y de las situaciones límites, imprimiendo poesía a todo lo que decía y escribía. Esto es lo que hace cuando nos refiere la muerte del caballo que era bien bonito.

El amor crece en las cosas más sencillas

Luego, en el desarrollo de esta historia, Aquiles Nazoa nos sigue hablando de lo que ocurrió en el terreno donde cayó muerto el caballo que era bien bonito, donde nació un hermosísimo jardín.

Un día un joven triste y desilusionado que lloraba su soledad, caminando por esas tierras, se encontró con este jardín tan especial y tomó una de sus flores, se la colocó en el pecho y de esta manera encontró el amor y sumó belleza y ternura a su vida.

El caballo que era bien bonito, continuó haciendo el bien hasta después de muerto, pues seguía regalando flores que llenaban de color, de aroma y de belleza todo lo que le rodeaba. La joven se enamora de este caballero tan particular que se coloca una flor en el pecho. Se dijo así mismo, “éste tiene que ser un hombre muy especial”. No podía ser de otra manera, pues había heredado una de las flores del caballo más bonito del planeta, ese caballo que se alimentaba de jardines.

Los cuenta cuentos cuentan la Historia de un caballo que era bien bonito

No hay un lugar en nuestra querida Venezuela, donde hayan habitado los cuentacuentos, en el que no se haya contado La Historia de un Caballo que era Bien Bonito de Aquiles Nazoa. Este caballo hermoso y singular ha sido el compañero de muchos narradores orales, de eso seres mágicos de carne y hueso que se han dedicado a contar historias en las plazas, en los parques en las universidades y en los centros culturales.

La historia de este caballo que se alimentaba de jardines, que era capaz de sonreír frente a la iglesia y pasearse por las plazas y conversar incluso con quienes le miraban airadamente, ha galopado por diferentes confines de ciudades y de pueblos en la geografía venezolana.

Galopando en las historias que se cuentan en voz alta

Caballo bonito, ternura y cuentos han galopado por los confines del país, guiados por los jinetes que defienden la belleza del lenguaje y de la literatura.

Este caballo que era tan bonito, tan bonito, galopó por la plaza de Propatria y estuvo presente en las historias que contaron los Cuenta Catia Cuentos y se fue a galope tendido hasta el Los Cabos para que las cuenta cuentos del Parque Los Cabos contaran su historia para deleite de los niños y las niñas y los adultos que paseaban por allí los días domingos.

A veces nos sorprendía muchísimo esta caballo que era bien bonito porque se iba corriendo y subía por las escaleras Parque Central en Caracas, para estar presente en los cuento de En cuentos y Encantos en el Museo del Teclado

Contando historias de caballos en la Universidad

De vez en cuando, salía trotando del parque para encontrarse con los Cuenta cuentos de todos los días, un grupo de narradoras a quienes les encantaba caminar por laos jardines de la Universidad Central de Venezuela, UCV, para reunirse con los integrantes de Cuentos bajo la sombra y ponerse a conversar este caballo que era tan bonito y ponerlo a dialogar con otros caballos históricos, como el gran Pegaso, el caballo mitológico que volaba, o con Rocinante, el caballo de Don Quijote, o con Babieca, el caballo del Cid o con Canelapura, el de la historia de El niño y el caballo de Orlando Araujo.

La historia del caballo que era bien bonito, también ha estado presente en la vida de otros narradores orales en el estado Lara, en Barquisimeto en la Universidad del Zulia, en la universidad de los andes, en la Universidad de Oriente y en muchos parques y plazas del país, rindiéndole homenaje a Aquiles Nazoa y defendiendo como él, la belleza del lenguaje coloquial, la poesía y la presencia de las cosas más sencillas.

**Ese caballo que era bien bonito en otros confines de la tierra**

La historia de este caballo también ha estado presente en muchísimas experiencias que se ha llevado a teatro, a expresión cinematográfica y por supuesto, a otras experiencias de narración oral, no sólo en diversos países de América Latina, también ha sido narrada en diferentes sitios de España y en otros países de Europa.

VIDEO

La historia de un caballo que era bien bonito - Aquiles Nazoa