Artículo # 67 de la serie:
Gustavo Mirabal en Venezuela
Aquiles, el hacedor de sueños
Hablar de Aquiles de Nazoa, escritor, poeta y ensayista venezolano, es hablar de un hambre que se dedicó a pintar el mundo con sus letras.
Fue un hombre soñador, con los pies en la tierra pero con altísimo vuelo literario.
Fue un ser humano anclado al planeta tierra pero que viajaba continuamente por el universo, persiguiendo motivos de inspiración para escribir sus “cosas más sencillas”.
Su obra literaria está impregnada de poesía. Escribió una prosa exquisita.
Siempre hemos dicho que es el autor venezolano que mejor retrató las costumbres caraqueñas, con una pluma extraordinaria, que supo abonar a la literatura, supo llegar a muchas personas, haciendo uso de un maravilloso, poético y certero lenguaje coloquial.
Esto sólo pueden conseguirlo los grandes narradores, los escritores que tienen el verdadero don de la palabra.
Sobre su biografía
Aquiles Nazoa nació en Caracas, 17 de mayo de 1920 y murió en un accidente automovilístico entre Caracas y Valencia, 25 de abril de 1976.
Estudió en la Escuela Federal Zamora hoy conocida como Escuela 19 de abril de la Parroquia San Juan. Cuentan sus biógrafos que pasaba mucho tiempo en la calles de su parroquia y solía permanecer largo tiempo pensando en la Plaza Capuchinos.
Qué oficios ejerció
Luego de ejercer varios oficios comenzó a trabajar en el diario El Universal como empaquetador.
Después fue corrector de pruebas y paralelamente empezó a estudiar francés e inglés, lo que le permitió ser guía de turistas en el Museo de Bellas Artes.
En el mundo del Periodismo
Fue reportero del diario Últimas Noticias. Colaboró en el semanario El Morrocoy Azul.
En el diario El Nacional, fue director del Verbo Democrático publicación de Puerto Cabello; fundó órganos jocosos como “La Pava Macha”, “El Tocador de Señoras” y otros más.
Escribió para la revista Sábado de Colombia y vivió un año en Cuba donde fue director de “Zig- Zag”.
En 1945, asumió la dirección de la revista Fantoches. El 7 de marzo de 1950 nació en Caracas su hijo, el humorista Claudio Nazoa.
En 1956 fue expulsado del país por el régimen de Marcos Pérez Jiménez, pero regresó en 1958.
Premio Nacional de Periodismo
Aquiles Nazoa obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en la especialidad de escritores humorísticos y costumbristas en 1948. También recibió en 1967 el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal, Premio al mejor libro publicado.
En ese lenguaje coloquial poético…
Aquiles Nazoa escribió poesía, teatro, narrativa, ensayo y crítica literaria. Fue un extraordinario fabulador y el mundo animal está dentro de sus grandes temáticas. También poseía un lugar especial para las historias y la vida privada de sus muñecas de trapo
Una de las obras que lo catapultó fue La historia de un caballo que era bien bonito, conocida, contada y actuada, no sólo en nuestro país sino en otros países de América Latina y de Europa.
La historia de un caballo que era bien bonito
La historia de un caballo bonito y muy amable fue escrita por Aquiles Nazoa, este escritor tan singular del siglo XX en la literatura venezolana. Esta historia ha formado parte de la vida de muchos niños y niñas venezolanos y latinoamericanos.
Este cuento poético se integró a la vida de la mayoría de los cuenta cuentos venezolanos.
Creemos que no hubo un parque o una plaza en las que contaron los juglares y juglaresas del siglo XX, en donde no se hubiera contado la historia de un caballo que era bien bonito.
Es una hermosa historia en la que se fusionan en una misma expresión, la poesía y la narrativa. Sólo tendríamos que leer o escuchar el inicio de este relato para enamorarnos del personaje principal del mismo, el caballo que se alimentaba de jardines:
Yo conocí un caballo que se alimentaba de jardines. Todos estábamos muy contentos con esa costumbre del caballo; y el caballo también porque como se alimentaba de jardines, cuando uno le miraba los ojos las cosas se veían de todos los colores en los ojos del caballo. (Nazoa, 2012:253)
Un caballo que galopa en un mundo de ensueños
Éste era un caballo alegre y generoso. Decía Aquiles que a toda la gente le hubiera gustado dar un paseíto en es caballo tan gentil y tan bello; sin embargo, no lo hacían porque les daba un poco de vergüenza y no sabían cómo pedírselo.
Como era un caballo tan bonito, la gente que lo veía, era capaz de ilusionarse y pensar en las cosas buenas de la vida y era capaz de pensar en el éxito, la alegría, en los aromas de la felicidad.
El amor de Aquiles por las cosas más sencillas
Aquiles Nazoa tuvo la virtud de convertir en trascendentes las coas más sencillas, incluso, cuando habla de personajes y temas, que muchas veces consideramos prosaicos. Como lo hizo en su Oda a la cucaracha, el poema de Las lombricitas, enLos animales en Caracas, entre otros.
LAS LOMBRICITAS
Hablaba de lo humano y lo divino de manera sublime y con esa cadencia tan maravillosa que tenía su voz. Era poeta y teatrero.
Era cómico y dramático al mismo tiempo. Abordó el tema de la muerte, con seriedad y parsimonia; con ironía y virtud:
Vuelta al caballo que se alimentaba de jardines
En el desarrollo de esta historia del caballo que rea bien bonito, Aquiles Nazoa nos sigue hablando de lo que ocurrió en el terreno donde cayó muerto el caballo que era bien bonito, donde nació un hermosísimo jardín.
Un día un joven triste y desilusionado que lloraba su soledad, caminando por esas tierras, se encontró con este jardín tan especial y tomó una de sus flores, se la colocó en el pecho y de esta manera encontró el amor y sumó belleza y ternura a su vida.
El caballo que era bien bonito, continuó haciendo el bien hasta después de muerto, pues seguía regalando flores que llenaban de color, de aroma y de belleza todo lo que le rodeaba. La joven se enamora de este caballero tan particular que se coloca una flor en el pecho. Se dijo así mismo, “éste tiene que ser un hombre muy especial”. No podía ser de otra manera, pues había heredado una de las flores del caballo más bonito del planeta, ese caballo que se alimentaba de jardines.
Sensibilidad y ternura en su poesía
Como hemos venido diciendo, Aquiles Nazoa, fue un hombre de extraordinaria sensibilidad. Se dedicó con esmero a la literatura.
Igual escribía con sentido del humor sobre las cosas más sencillas, como se dedicaba sus muñecas de trapo.
Igual escribía prosa sarcástica y amena, como escribía poemas tiernos a los animales. Un ejemplo de esta poesía lo tenemos en los versos de Buen día Tortuguita.
BUEN DÍA TORTUGUITA
Buen día, tortuguita
Periquito delo agua
Que al balcón diminuto de tu concha
Estás siempre asomada
Con la triste expresión de una viejita
Que está mascando el agua
y que tomando el sol se queda
medio dormida en la ventana
Buen día, tortuguita,
Abuelita del agua
Que para ver el día
El pescuecito alargas
Mostrando unas arrugas
con que das la impresión de que llevaras
enrollada una toalla en el pescuezo
o una vieja andaluza muy gastada
(…)
Buen día tortuguita
Filósofo del agua
Que te pasas la vida hablando sola,
Porque si no hablas sola, ¿a quién le hablas?
¿Quién a no ser un tonto atendería
a tus tontas palabras?
¿Ni quién te toma en serio a ti con esa
carita de persona acatarrada
y esa expresión de viejita chocha,
que a tomar sale el sol cada mañana
y que se queda horas y horas medio
dormida en la ventana?
Buen día tortuguita
Periquito del agua,
Abuelita del agua
Payasito del agua
Borrachita del agua,
Filósofa del agua.
Referencias Bibliográficas
https://gustavomirabalcastro.online/gustavo-mirabal/venezolano-gustavo/
https://gustavomirabalcastro.online/
https://gustavomirabalcastro.online/gustavo-mirabal/lo-que-esconde-gustavo-mirabal-castro-ii/
https://www.gustavomirabal.es/gustavo-mirabal/que-esconde-gustavo-mirabal-castro/
http://www.actiweb.es/laliteraturatuyyo/b14.html