Gustavo Mirabal y su amor por los caballos

Gustavo Mirabal Castro nace en Caracas, Venezuela, el 09 de septiembre del año 1972. Estudia derecho en la Universidad Santa María (USM) de donde egresa como Abogado en 1988.

En paralelo desarrolla su pasión por el salto ecuestre y al mismo tiempo cultiva su sueño de ser empresario.

Este camino por las leyes viene porque sus padres también son abogados.

Así que sigue con la línea familiar de amor por la abogacía.

Gustavo Mirabal y su amor equino

El amor y la pasión equina de Mirabal Castro se despierta a los 9 años cuando su padre lo lleva a las caballerizas.

En ese momento se enamora del salto ecuestre y comienza a verse como jinete.

La participación en competencias no se hace esperar y rápidamente crece como atleta.

Sin descuidar sus estudios continúa compitiendo y dando triunfos al país. Así, se forja Gustavo Mirabal y su amor por los caballos.

Un animal leal

Para este jinete el caballo representa un amigo con quien él disfruta mucho tiempo. Compartiendo alegrías, buenas y malas experiencias.

Aparte que es un animal que no lo abandona nunca.

Esta pasión por los caballos es inculcada por su padre ya que él también es un gran apasionado a los equinos y es quien lo introduce en este fascinante mundo.

Muchos expertos consideran el salto como la más moderna especialidad del deporte ecuestre, que ha venido a convertir al deporte clásico de la equitación en un deporte espectáculo.

En este orden de ideas, Mirabal en una entrevista manifestó que el caballo es muy leal, que da siempre lo mejor de sí. A su vez, el equino sabe perfectamente quien es su jinete y quien lo cuida.

Así mismo, Gustavo cree que el caballo es un animal perfecto, con el que se puede tener una relación armoniosa, formando un binomio para triunfar en distintas competiciones.

Gustavo Mirabal y su amor por los equinos es algo admirable.

Experiencia laboral

Gustavo Mirabal Castro trabaja en reconocidas instituciones de Venezuela.

Tales como: Británica de Seguros, C. A., Seguros Horizonte, S.A. y el Banco de Construcción.

Posteriormente funda su propio despacho legal que lleva el nombre de Mirabal & Asociados, S.C.

Años después crea su granja en Estados Unidos dando paso a la consolidación de su carrera deportiva.

Este último logro ha hecho despertar diversas pasiones, envidias y críticas.

Gustavo Mirabal Castro hizo el trabajo sucio

Resulta frustrante que aún en el núcleo familiar exista la piedra de tropiezo que pretende hacer caer.

Pero es de valientes superar ese episodio y vencer las adversidades.

Y es que ante sus éxitos los cuestionamientos no se han hecho esperar…

Luego que Gustavo Mirabal Castro abriera su granja G&C Farm, en Florida, Estados Unidos, empezó el ataque.

Los medios de comunicación venezolanos empezaron a preguntarse de dónde había obtenido el dinero para abrir la granja etc…

A partir de allí se levanta una matriz de opinión para desprestigiarlo. Esto versus una prensa internacional que habla de sus triunfos ecuestres y lo adula.

Para nadie es sorpresa que la equitación es la verdadera pasión de Mirabal Castro, pero también se ha convertido en el aguijón.

Su mayor pecado

Todo comenzó cuando este atleta, que también es abogado y trabajó en un determinado tiempo en la banca de su país, Venezuela, se abre paso a la creación de un centro ecuestre.

Ese salto es lo que ha hecho que se levanten rumores para destruir su carrera.

Entre tanto que su hermana, María Gabriela Mirabal Castro, puso en tela de juicio el triunfo personal de su hermano ante los medios de comunicación.

La realidad es que esto se debe a una disputa de carácter familiar porque los hijos de Maria Gabriela decidieron emigrar y vivir con su tío lo que desato los celos maternales. Sin duda una situación que el tiempo sabrá dirimir en familia.

Sin embargo la prensa, que no desperdicia nada, teje muchas teorías de difamación y se afianza en las declaraciones de María Gabriela Mirabal Castro.

El escenario

Este es el escenario con el que ha tenido que lidiar Gustavo Adolfo Mirabal Castro.

Un remolino de declaraciones falsas, acusaciones sin pruebas y noticias negativas que vienen y van.

Ante todo ese huracán de desinformación y difamación, el jinete criollo sólo sigue adelante en compañía de su esposa e hijos, quienes ya han demostrado interés en la equitación.

De esta manera continúa enfocado en su trabajo como abogado y alejado, por un tiempo del mundo ecuestre, que tanto le ha dado.

Gustavo Adolfo Mirabal Castro aguarda con calma el momento en que pueda competir nuevamente y seguir en paralelo con su bufete de abogados Mirabal & Asociados.