Carolina Chapellín
Rodeada de animales creció esta modelo y empresaria venezolana que en 1994 fue representante del estado Delta Amacuro.
Se trata de Carolina Chapellín, quien además es una filántropa y amante de la moda.
Carolina es referente en dicho mundo y protagonista de distintos reportajes de páginas sociales.
Su belleza ha cautivado a lentes de revistas importantes como la LOVE. Sin embargo, no todo son pasarelas, ella es una destacada empresaria.
Además durante una etapa de su vida se destacó como amazona en la disciplina de salto, mundo en el que conoció a su esposo, el empresario Gustavo Mirabal.
Los caballos son su gran pasión porque desde niña visitaba fincas de familiares y tenía contactos con ellos, por lo que desarrolló una gran sensibilidad en esta área.
Y con el tiempo estos se convirtieron en el mayor motivo de su vida. Se dedicó a las competencias ecuestres y en definitiva, los caballos forman parte de su historia de vida.
Inclusive de un legado que quiere dejar a sus hijos, quienes ya han estado en contacto con los equinos y sienten al igual que sus padres una afinidad con ellos.
“Los caballos permanecen muchos años con nosotros y siempre forman parte de nuestra familia, nos preocupamos cuando están lesionados, enfermos…”, expresó en una entrevista.
Carolina Chapellín
Carolina es nieta del conocido Luis Bigott, un pedagogo e investigador venezolano.
“Recuerdo mucho mis días en el club Valencia pasándolo con mis
caballos de saltos, lo disfrutaba muchísimo al igual que le apasionaba a mi mamá la cual lamentablemente perdí a una edad muy temprana”, comentó.
Su nombre aparecía en revistas de moda, así como en desfiles de belleza como el Miss Venezuela, el certamen más importante de este país latino.
Allí llegan las mujeres más hermosas del país y Carolina Chapellìn es una de ellas. Su aspecto físico cautivó a las personas en 1994 cuando desfiló en nombre de Delta Amacuro.
Carolina es amable, alegre y muy dedicada a su familia así como a su esposo, con quien comparte la afición por los caballos.
Ambos aman el salto y se han destacado en diversas competencias a nivel internacional.
El dato:
23 años de edad tenía Carolina Chapellín cuando concursó en el Miss Venezuela, el certamen de belleza más importante de su país.
Lo más difícil para esta modelo, empresaria y madre
Lo más difícil que ha pasado esta mujer en su vida es la pérdida de su madre cuando aún era muy joven.
Esto hizo que creciera con ese vacío y al mismo tiempo el anhelo de ser mamá un día y proteger a sus hijos.
Con los años esos pequeños llegaron y ella está abnegada en su trabajo como madre. Dedicada al 100% a su hogar, por lo que, confiesa que ser madre es uno de sus anhelos
Y además representa el rol más grande de todos, “porque nadie te prepara para ser mamá, no hay un manual que te diga cómo hacerlo”.
Sin embargo, criar y educar a sus cuatro hijos, es la actividad que más tiempo le ocupa. Aunque ello no es impedimento para que realice su modelaje o su filantropía.
Ella sigue adelante y por eso es que ha posado para importantes publicaciones en Europa. Siendo los looks de cabello los más solicitados.
Carolina Chapellín: Modelo afuera y modelo en casa
Una de las cosas que Carolina quiere dejarle a sus hijos como legado es la unidad entre todos. Para ella, la unión familiar es un tesoro invaluable que debe prevalecer.
Con su carácter y templanza busca darle el mejor ejemplo a sus hijos, quienes encuentran a una modelo reconocida fuera de casa y, al mismo tiempo, a una mujer apasionada, amorosa y cálida dentro.
Una mujer que admira a su esposo por la determinación que tiene y lo apoya en sus proyectos a fin de que se consoliden.
Es así como hace unos años la pareja se embarcó en una aventura que los llevó a una gran etapa.
Carolina Chapellín y la granja G&C Farm
Como buena amante de los caballos, Carolina creyó en el sueño de su esposo, quien deseaba desde pequeño un lugar para entrenar equinos.
Juntos trabajaron día y noche para dar vida a ese anhelo y hacerlo realidad.
En este sentido, en 2009 las dudas se disiparon y la realidad comenzó su curso.
Las dudas que por momentos les hacían pensar que tal vez no serían capaces de lograrlo se fueron.
Ese año abrieron su granja G&C Farm, que quiere decir Gustavo y Carolina.
El lugar estuvo en Wellington, Florida, y se caracterizó por la excelencia en todos los aspectos.
Las instalaciones eran de lujo, los animales que allí fueron criados resaltaron en todos los certámenes.
Pero no conforme con eso, Gustavo Mirabal Castro, se encargó del área de mercadeo en la que por cierto, tuvo mucho éxito.
“Nuestros establos significan algo muy especial para la familia ya que cuando lo fundamos mucha gente dudó de nuestro éxito, ciertamente no conocen la determinación tan grande de Gustavo”, dijo Carolina Chapellín.
Determinado y hogareño
Es precisamente la determinación de Gustavo la que motiva a Carolina a ir más allá, a confiar aunque duden de sus capacidades.
Esta pareja amante de la equitación, del salto ecuestre y de todo lo relacionado con el mundo equino consiguió hacerse un nombre en este concurrido sector.
Los venezolanos sorprendieron a muchos que por ser latinos no los creían capaces de alcanzar su sueño.
Cuando vieron la granja, la calidad de las instalaciones y del personal que en ella laboraba, se quedaron atónitos.
Pero eso no es todo, ambos jinetes contaron con el apoyo de otros grandes en mundo ecuestre.
Estas personas fueron entrenadores en G&C Farm y su trabajó selló la excelencia con la que ya funcionaba la granja.
De esa manera, los Mirabal Chapellín fueron reconocidos en Estados Unidos
Su nombre y su empresa apoyaron a talentos emergentes y a jinetes de renombre como Sergio Álvarez Moya, quien ostenta el título del #1 en salto, en España.
Amor y pasión – Carolina Chapellín
Una de las cosas que también Carolina quiere dejarle a sus hijos como legado es el amor en cada cosa que hagan.
Señaló en entrevista que además de la unión familiar, quiere que sus hijos trabajen por alcanzar sus sueños.
Y destacó que cada día se esfuerza para formarlos con valores “a fin de que sean personas de bien, útiles para la sociedad”.
La pasión es también un factor fundamental para que las cosas se den. El talento no alcanza si no hay determinación.
“Mi mayor sueño es ver que mis hijos se conviertan en personas que puedan lograr sus sueños y así se convertirán en personas felices que traerán mucha más felicidad a todos los que estén a su lado”, expresó la ex miss Delta Amacuro en una entrevista.
Madre incondicional y esposa apasionada
Además de modelar para revistas, apoyar a su esposo en los proyectos y realizar su trabajo empresarial, Carolina Chapellín es una gran madre.
Para ella, ser mamá es la labor más grande, la de mayor responsabilidad, trascendencia y trabajo.
Comenta que para ser mamá nadie está preparado, sin embargo, en lo personal, Carolina afirma que lo que más le agrada es poder estar junto a sus hijos y ser su bastión.
Ya que en su infancia, su madre falleció y ella creció con una faltante, con una ausencia que hoy día compensa con sus hijos, estando siempre para ellos.