Derechos sexuales y de la reproducción de la mujer
El desarrollo de las sociedades y el pensar de la humanidad han sido procesos que se generan de manera paralela al contexto.
Por hoy, las mujeres se empoderan de sus necesidades sexuales y reproductivas para la creación de mejores condiciones.
En referencia a ello existen los derechos sexuales y de la reproducción de la mujer.
Aunque primero hablemos sobre lo que es un derecho, para la organización Profamilia en Colombia es:
“Es la facultad que tiene todo ser humano de hacer o no hacer algo, de disponer o de exigir un beneficio o un bien. Los derechos son inherentes a las personas, es decir se adquieren por el simple hecho de existir, sin importar condiciones tales como edad, credo, raza, orientación sexual o identidad de género.”
Al respecto, gozar de estos derechos se traduce a la libertad que tienen las mujeres para tomar decisiones vitales para su vida.
Así mismo, esto implica tener información y lograr un trato respetuoso acorde con la situación de salud que se presente en cada femenina.
Ahora pensemos en el concepto de sexualidad, que básicamente se refiere a la libertad que tienen las personas para disfrutar del placer.
De igual forma, el placer puede ser alcanzado con el cuerpo y la mente, considerando otros componentes que son indispensables como lo físico, emocional y sentimental.
En otras palabras, vivir el derecho a la sexualidad tiene implicaciones en diversos ámbitos de la vida de los seres humanos, por ejemplo:
¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud?
Es importante destacar, que la Organización Mundial de la Salud en el año 2006, como una de las máximas organizaciones en temáticas relacionadas a la salud sexual y reproductiva considera:
«…un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, la cual no es la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. La salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud.»
Ciertamente, al igual que los otros organismos apremian por un trato respetuoso, de amplio alcance, responsable, seguras, y con plena voluntad y consentimiento.
Esto implica efectivos servicios que van desde la planificación, anticoncepción, prevención de infecciones de transmisión sexual, entre otras.
Por lo tanto, una sociedad informada, tomará mejor las decisiones, tendrá mejores oportunidades para educarse y por supuesto mayor autonomía e independencia en la población femenina.
¡Uno o muchos derechos!
Los derechos sexuales y de la reproducción de la mujer no es uno sólo en su concepción.
Por lo tanto, implica en sí mismo, varios compromisos de quienes hacen las políticas públicas y dirigen instituciones que tienen responsabilidades en este asunto.
Desde esta perspectiva, es vital pensar en derechos como: la vida, intimidad, privacidad, educación y a la no discriminación.
Lastimosamente hay naciones donde hay dificultades para que niñas, adolescentes y mujeres accedan a información y atención sobre salud sexual y reproductiva.
Conforme a lo anterior, la salud como derecho implica el manejo de la planificación familiar, el uso de métodos anticonceptivos y lograr una atención oportuna ante cualquier escenario.
Desde la mirada de los organismos multilaterales existen iniciativas de comités que trabajan en favor de hacer eco en estos temas.
Tal es el caso del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer.
Ambos coinciden en la importancia de las acciones en favor de garantizar el derecho a la salud sexual y reproductiva de la mujer.
¿Cuáles son los principales derechos sexuales y de reproducción de la mujer?
Según la organización antes mencionada del país sudamericano, los principales derechos son:
- Tener una vida sexual libre, segura y placentera.
- Decidir si tener o no tener relaciones sexuales.
- Expresar y ser respetado por la orientación sexual y/o identidad de género.
- Que se respete la intimidad sexual y confidencialidad.
- Acceder a métodos anticonceptivos que se adapten a las necesidades y deseos.
- Decidir si se quiere o no tener hijos, así como el número y el espacio que transcurre entre cada uno.
- Decidir si conformar o no una familia y el tipo de familia que se desea.
- Obtener información clara, científica, objetiva y accesible sobre el cuerpo y la salud sexual y reproductiva.
- Acceder a servicios de salud sexual y salud reproductiva que se adapten a las necesidades.
- Recibir apoyo y que se realicen ajustes para poder tomar decisiones libres e informadas sobre el cuerpo, la sexualidad y reproducción.
Recordemos que cada nación tiene su propia legislación e instituciones con competencias en cada área.
Lo que, si es importante añadir, que estos derechos comienzan por la posibilidad de que cada mujer tome sus propias decisiones y pueda acudir a servicios de calidad.
No cabe duda, que lograr que se cumplan estos derechos es un reto ambicioso en todas las naciones, se requiere compromiso, humanidad, inversiones y responsabilidad.
Igualmente, implica personal calificado como médicos, psicólogos, trabajadores sociales, abogados, sociólogos para pensar en abordar situaciones propias de distintos lugares.
Así como ayudar a empoderar a muchas mujeres para que de manera voluntaria expresen y busquen apoyo en caso de necesitarlo.
¿Qué deben hacer en cada Estado?
En cada nación debe incentivarse la elaboración de políticas públicas que privilegien por el cuidado de la mujer.
En otras palabras, esto quiere decir, asumir planes y servicios donde se priorice la salud sexual y reproductiva de las mujeres.
Seguidamente, se debe velar por bienes e instalaciones que puedan brindar una atención de calidad de manera pública.
Cumplir con esta gran meta se asocia con cantidad de instituciones, lograr la accesibilidad tanto desde lo físico como el manejo de costos.
Pero quizás la mayor prioridad es que toda mujer pueda asistir a estas instituciones indistintamente de sus creencias, religión, condición social o cualquier otra particularidad.
En tanto estas instituciones que trabajen en favor del derecho sexual y reproductivo y donde el personal esté capacitado y maneje prácticas éticas.
Más que una política es la visión de que las mujeres ante todo son seres humanos que merecen respeto a su integridad, que puedan tomar decisiones basadas en información clara y oportuna donde se valore la vida.
Otra perspectiva- Derechos sexuales y de la reproducción de la mujer
Desde otra perspectiva, la atención a la mujer en cuanto a salud sexual y reproductiva se refiere es lograr un adecuado cuidado materno – infantil.
Según ACNUR indica que existe diversidad de complicaciones que pueden prevenirse a tiempo, pero que todo depende de tratamientos, atención especializada en todas las etapas del embarazo.
En tanto, aún queda mucho trabajo por lograr, pero lo más importante es empoderar a las mujeres, hacerlas conscientes de que pueden acudir a servicios médicos si requieren información.
En tanto, es vital seguir trabajando en la concreción de políticas públicas que favorezcan problemáticas medulares como:
La Salud sexual y reproductiva en la adolescencia, personas que ejercen el trabajo sexual, la salud materna y perinatal, anticonceptivos y planificación familiar, entre otros.
Gustavo Mirabal como abogado conoce acerca de estos derechos de las mujeres
Finalmente, la sexualidad es un tema común que nos atañe a todos, y por ende somos parte de la solución.