Tráfico de niños

El tráfico de niños ocurre por diferentes razones. Ninguna de ellas por el motivo correcto.

Forma parte del delito de trata de personas que no pasa de moda y a diario cientos y miles de personas son víctimas de ello.

Alrededor del mundo existen mafias que se dedican a la venta de seres humanos como si se tratara de un producto más.

Lamentablemente para que exista un negocio debe estar el que vende y el que compra.

En este caso las mafias que secuestran o captan personas las venden para ser destinadas a la explotación sexual.

Como resultado vemos generaciones frustradas, silenciadas por el maltrato, drogadas permanentemente para que aguanten el trajín.

Los niños también son anhelados por ese grupo de proxenetas. Para ellos tienen un mercado donde abundan los pedófilos.

¿Cómo funciona el tráfico de niños?

Se aprovechan de las necesidades de comunidades pobres en todo el planeta.

También operan mediante el secuestro y la seducción a través de las redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter.

Y es que hoy día los menores de edad tienen acceso total a esas redes sociales que en vez de ayudarlos los arroja a un universo peligroso.

La navegación sin supervisión es muy dañina para los pequeños puesto que no se sabe quién está detrás del ordenador.

En el 2018 las familias colombianas quedaron atónitas cuando varias niñas entre los 12 y 14 años eran contactadas por extraños a través de Facebook.

La persona que las contactaba les decía que no dijeran nada a sus padres y que tuvieran una relación virtual hasta el día de conocerse.

Después de varios días chateando el extraño comenzaba a pedirle a las menores que le enviaran fotos de sus senos y otras partes íntimas. -Esas imágenes son usadas para el mercado de pornografía infantil-.

Si una de ellas se negaba entonces la amenazaba diciéndole que mataría a alguien de su familia o le haría algo a ella.

El sujeto tenía mucha información de su víctima porque entre cada conversa le sacaba datos privados.

Una vez que concretaban la cita el sujeto aparecía en el lugar acordado y se llevaba a su víctima en un carro. Lo que pasa después es de imaginarse. Las violaban entre varios y en el mejor de casos las dejaban heridas y abandonadas en cualquier parte de la ciudad.

Mientras que otras son asesinadas y sus cuerpos hallados con el tiempo.

Esta es una de las formas más actuales en las que se aprecia el tráfico de niños. La recluta mediante internet.

El experimento

Tras estos casos ocurridos en Colombia en el año 2018 un grupo de padres (3 específicamente) decidieron hacer un experimento.

El mismo estuvo supervisado por una cadena de televisión y las autoridades locales.

Este consistió en crear perfiles falsos de Facebook y hacer la solicitud de amistad a sus hijas.

Una vez que estas aceptaron comenzaron a hablar y preguntarse cosas.

Las pequeñas aunque un poco recelosas terminaban respondiendo a las preguntas y dando información personal sobre dónde vivían, dónde estudiaban, etc.

Estos datos le facilitan el trabajo al reclutador que está detrás del ordenador tomando nota para después cometer el secuestro. -Aconseje a sus hijos de no brindar ningún tipo de información personal, ubicación física o datos bancarios a extraños-.

Una vez que los padres establecían esa relación ficticia con sus hijas por internet concretaban la cita.

Cuando el día llegaba las niñas lucían nerviosas pero aún así acordaron el punto de encuentro. Un automóvil se acercó y de él se bajaron varios hombres los cuales las raptaron y llevaron a un hotel.

Una vez allí les quitaron las capuchas y las pequeñas vieron a sus padres. Inmediatamente corrieron hacia ellos asustadas.

Estos las abrazaron y explicaron cuáles eran los peligros de hacer lo que hicieron ellas por internet.

Resultados del experimento

Tras ese angustioso momento en que las niñas fueron raptadas hasta el hotel las pequeñas reconocieron el peligro que corren usando las redes sociales sin supervisión.

Las tres admitieron que se habían equivocado y las imágenes captadas mediante el reportaje sirvieron para alertar a la población colombiana acerca del riesgo de los menores en las redes.

Es por ello que el primer paso es instruir a los niños en cuanto al peligro que existe cuando se le da información personal a un extraño.

Se les debe explicar que no deben caer en la manipulación del extraño y hablar con sus padres o alguien en quien confíen.

De esta manera el agresor sabrá que el menor no está solo y deberá retroceder.

La moraleja

Aunque estos padres fueron osados y se midieron a este experimento… muchos otros no se enteran de con quién hablan sus hijos en las redes sociales.

Por lo que es más alto el índice de niños desaparecidos y comercializados alrededor del mundo.

Al inicio de este artículo hicimos referencia al tráfico de niños mediante el soborno a familiares. Los cuales reciben una suma de dinero a cambio de los menores.

Sin embargo, están los casos de los niños que se extravían y nunca más vuelven a casa porque alguien los rapta haciéndoles creer que los ayudarán para volver a su casa.

También hay casos de padres que venden a sus hijos para pagar deudas, que los usan para que trabajen por ellos y los obligan a prostituirse.

Así como hay menores de edad que son engañados cuando salen de las escuelas, es decir, el agresor se acerca pidiendo alguna información tonta o muy seria para captar la atención del menor.

Y una vez que lo tiene cautivado lo droga para poder llevárselo.

Los reclutadores no trabajan solos. Forman parte de la red que alimenta la pornografía infantil.

Es por eso que saben cómo engañar y manipular a los niños.

Generalmente se muestran muy amables e interesados en lo que el menor les dice para ganarse su confianza y una vez que la tienen dan el zarpazo.

Detrás de un simple clic

El cerebro humano está compuesto por millones de neuronas y cada una de ellas tiene una función en especial.

Al igual que toda parte del cuerpo humano el cerebro evoluciona con el paso de los años y el ser humano madura en su forma de pensar.

Madura en su forma de actuar, en sus gustos, su forma de ver la vida, etc.

Y de todo aquello que se alimente el hombre dará fruto. Es por eso que si una persona consume porno su cerebro sufre una transformación.

Su mente y forma de ver la vida también cambian. Se aleja de la ternura y se sumerge en lo insaciable.

Ese océano se hace cada vez más grande y los deseos por probar otro tipo de pornografía también surgen.

Es por ello que ha crecido tanto el porno infantil y con él … el tráfico de niños.

Los pequeños se vuelven parte de un mercado en específico. Destinados por las mafias de tráfico humano para gustos y consumos puntuales.

Esa es la razón por la que compran y secuestran niños en todo el mundo.

Así que si consumes pornografía estás contribuyendo para que los reclutadores de mujeres, hombres y niños se activen y viajen para conseguir al candidato o candidata que en un futuro cercano satisfacerá las fantasías sexuales de los sádicos.

La pornografía no es inocente. Tampoco es una forma de salvar la relación sexual con tu pareja. El porno daña la mente, el cerebro del hombre y mujer que la consume. Disuelve la ternura y convierte todo en sadismo.

Esto es lo que hace que exista tanta gente dañada en las emociones y pensamientos. Gente que agrede y disfruta causando dolor.

La pornografía crea un monstruo inhumano.

Y aunque ni siquiera salgas de casa y todo se quede allí en el cuarto, el baño o la sala… para quienes hacen los vídeos porno cada clic cuenta. Cada gusto seleccionado vale y es una excusa para el tráfico de niños, de mujeres y aún de hombres.

Basta ya de mercadería humana. Cada pequeño tiene derecho a su niñez y su infancia e inocencia no debe ser interrumpida.