El poeta español Rafael Alberti, reconocido como uno de los más grandes poetas del literatura españoles, escribió poesía vinculada con el arte ecuestre.
Rafael Alberti y el arte ecuestre se fusionan en una expresión única de la cultura española, donde la belleza poética galopa en versos extraordinarios…
Algunos versos del poema de Rafael Alberti
“Quién no los ve y a quién no les extasía / vuestro rítmico paso, vuestra pura, / perfecta nitidez, vuestra mesura, / vuestro sentido de la geometría? / Sois las medidas, exaltadas luces / que brotan de los campos andaluces”…
Sólo el arte nos salva
Caballos, danza, música, jinetes, unidos en un sentir que los mueve, al compaz de las melodías, con la emoción que sólo se alimenta con el arte. Hemos visto muchos espectáculos y éstos de la danza ecuestre nos conmueven particularmente. No sabemos por qué razón tan especial nos mueven tanto y recordamos que alguien dijo alguna vez que “sólo el arte nos salva”. Creemos que esto es verdad. Lo creemos porque independientemente de todas las adversidades, de todos los duelos, de todas la tragedias personales y universales, es en el arte y conel arte donde logramos palsmar los sentimientos, donde podemos hacer catarsis y compartir estas emociones.
Ver la danza de los caballos, observar la fusión emocional que se establece entre jinete y animal, danzando, crerando figuras y coreografías, tal como si dibujaran el mundo en su expresión nos produce una reacción dfícil de describir.
Nos produce ternura, nostalgia y alegría al mismo tiempo. Este es el fin primordial del arte: emocionar, mover la fibra interior de quien se acerca, de quien lo conoce. El arte problematiza, conmueve, nos hace preguntas, nos golpea, nos fascina.
Rafael Alberti, poeta de la generación del 27
Rafael Alberti fue uno de los poetas más reconocidos de la Generación del 27. Su activismo político le obligó a exiliarse hasta el comienzo de la democracia en España. En 1927, con ocasión del tricentenario de la muerte de Luis de Góngora, aquel grupo de poetas decide rendir un homenaje en el Ateneo de Sevilla al maestro del barroco español. Aquel acto supuso la consolidación de la llamada Generación del 27, protagonista de la edad de plata de la poesía española.
Batalló y a galope constante luchó por transformar su realidad. A continuación, algunos de sus poemas:
A galopar
Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
A corazón suenan, resuenan, resuenan,
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo
caballo de espuma
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo
que la tierra es tuya.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Metamorfosis del clavel
Al alba, se asombró el gallo.
El eco le devolvía
voz de muchacho.
Se halló signos varoniles,
el gallo.
Se asombró el gallo.
Ojos de amor y pelea,
saltó a un naranjo.
Del naranjo, a un limonar;
de los limones a un patio;
del patio, saltó a una alcoba,
el gallo.
La mujer que allí dormía
le abrazó.
Se asombró el gallo.
VEN
Ven, mi amor, en la tarde de Aniene
y siéntate conmigo a ver el viento.
Aunque no estés, mi solo pensamiento
es ver contigo el viento que va y viene.
Tú no te vas, porque mi amor te tiene.
Yo no me iré, pues junto a ti me siento
más vida de mi sangre, más tu aliento,
más luz del corazón que me sostiene.
Tú no te irás, mi amor, aunque lo quieras.
Tú no te irás, mi amor, y si te fueras,
aún yéndote, mi amor, jamás te irías.
Es tuya mi canción, en ella estoy.
Y en ese viento que va y viene voy,
y en ese viento siempre me verías.
Rafael Alberti y el Arte Ecuestre
Poeta y poesía ecuestre, acompañada de palbras, de versos, de emociones. Galopando en un sol sentir, en expresión unívoca, en canto y lanto, en alegría y nostalgia. Es galopar por la tierra andaluz, conociendo su paisaje y sintiendo el brío de sus caballos.
De frente o de perfil, blancos…Inocentes. Así define los caballos Rafael Alberti, en el inicio de su poema dedicado a la Escuela andaluza de Arte Ecuestre. Así humaniza y llena de vida al mundo equino, imprimiendo característcas que nos ponen en contacto con la inocencia, con la ternura que provocan estos animales, que no pocas veces logran conmovernos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
https://gustavomirabal.ae/
https://gustavomirabal.ch/
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https://gustavomirabalcastro.online/
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