Hidroterapia equina
Luego de una lesión músculo esquelética, el caballo puede bajar su alto rendimiento.
Así como también la resistencia para futuros eventos.
Por lo que, es necesario que se tomen en cuenta terapias alternativas que le permitan al animal recuperar su movilidad y potencial al 100%.
Por supuesto, esto va a depender de la frecuencia con que se realice la terapia y del tipo de terapia.
Una de esas respuestas que sirven para ayudar al caballo en estos casos se llama: Hidroterapia equina.
Hidroterapia equina
Esta terapia consiste en colocar al caballo dentro de una piscina, con suelo de cemento para que no se resbale, y dejar que el animal camine en ella.
Por supuesto el equino necesita supervisión y hará la caminata con la ayuda de un humano, quien sostiene la cuerda que sujeta al caballo.
Huesos, ligamentos y tendones se benefician y fortalecen con esta terapia.
La hidroterapia equina es usada en aquellos caballos que necesitan mejorar su respiración, pero también en aquellos que tienen lesiones musculares.
En este sentido, para que la terapia se lleve a cabo de la manera correcta es necesario tener en cuenta cuatro componentes.
Cuatro componentes en la hidroterapia equina
Los cuatro componentes que se deben tener en cuenta con respecto a esta técnica para la rehabilitación son:
Aireación, profundidad del agua, la temperatura y la cantidad de concentración de sal en el agua.
A continuación vamos a explicar para qué sirve cada uno y de qué manera funcionan.
#1 Aireación
La aireación consiste en el uso de chorros subacuáticos que tienen como función masajear al caballo, y, al mismo tiempo, provocan suficiente turbulencia en el agua para inducir un efecto calmante.
A medida que se implementa esta técnica se ha conocido que los caballos presentan mayores tasas de corazón (ritmo cardíaco) en aguas tranquilas que en el agua que se está moviendo.
La circulación de oxígeno en el agua se incrementa por los chorros, y esto, se cree, que ayuda en el proceso de curación.
#2 Profundidad del agua
En la hidroterapia equina, el siguiente componente que se debe tener en cuenta es la profundidad del agua.
En este sentido, mientras más sea la profundidad, mayor será la presión ejercida sobre los tejidos que necesitan ser rehabilitados.
Esto es especialmente importante en los casos en que se ha acumulado líquido, en el caso de una lesión, debido a que la presión ayuda en la dispersión de fluido.
#3 Temperatura
El agua que se usa en las piscinas para caballos debe ser fría, pero no tanto, ya que si la temperatura es muy fría puede dañar el tejido que se quiere recuperar.
El frío adormece la zona afectada, pero, si el agua está demasiado fría resulta malo para el caballo. Y la hidroterapia equina no funcionará.
A propósito de la temperatura dentro de la piscina, esta debe ser fría para que se genere un efecto adormecedor y evite la acumulación de líquido en el caso de una lesión.
La temperatura del agua esta normalmente controlada por computadora y los rangos varían de 36 a 39 grados Fahrenheit (aproximadamente 2-4 grados Celsius).
Y entre 12 a 18 grados centígrados.
#4 Concentración de sal
La concentración de sal en esta técnica para rehabilitar a los caballos con lesiones músculo esqueléticas varía.
La sal es un buen cicatrizante natural. Por lo que, el uso de sal en la hidroterapia equina, aunque sea con moderación, facilita la cicatrización de las heridas.
Especialmente en aquellas que están abiertas así mismo, ayuda a extraer la acumulación de líquido alrededor de una lesión.
Expertos hablan sobre los beneficios de la hidroterapia equina
Tras la implementación de esta técnica y sus efectivos resultados en los caballos.
Expertos hablan acerca de la importancia de llevar a cabo el tratamiento de los equinos en una piscina con temperatura controlada, que además contiene sal y chorros a presión.
“Es un excelente ejercicio para mejorar la capacidad y la resistencia cardiorrespiratoria y como una fuente de entrenamiento para equinos de alto rendimiento deportivo”, sostiene el profesor Cesar Andrey Galindo, de la Universidad de La Salle, en Colombia.
El experto señala que cuando el caballo está totalmente sumergido en el agua con una temperatura entre 12 a 18 grados centígrados:
“Permite que haya una rápida y gran estimulación de la circulación sanguínea, mejorando la oxigenación de todos los tejidos, aumentando la exigencia cardíaca para mantener el ejercicio continúo proporcionando efectos benéficos de relajación, terapia y recuperación de los equinos”.
Esta técnica está dando tan buenos resultados que en países como Colombia, hay varias instalaciones especializadas en esta área.
Las mismas se encuentran ubicadas en Antioquia, Caldas, Valle del Cauca, Boyacá y Cundinamarca.
Duración de la terapia
Una de las cosas que se pregunta el dueño del caballo es cuánto tiempo dura la hidroterapia y con qué frecuencia se debe llevar al animal.
Esta pregunta se responde de acuerdo a lo que necesite el equino.
“Si utilizamos la piscina como efecto de fisioterapia y recuperación de lesiones, está indicado que se practique todos los días por periodos cortos de duración con el fin de recuperar lo más rápido posible la lesión o las lesiones del caballo”, explica el profesor Cesar Andrey Galindo.
En el caso de que se quiera aplicar la hidroterapia equina para potenciar el entrenamiento deportivo a fin de mejorar la movilidad y respiración del caballo.
El profesor Galindo recomienda que se practique el ejercicio tres veces por semana.
Los expertos como el profesor colombiano sostienen que este es quizá el mejor tratamiento cuando se trata de curar las lesiones equinas sin medicamentos.
Ya que la hidroterapia permite la cura y consolidación de músculos, ligamentos, tendones y huesos de los caballos.
Al respecto, Lucas Giraldo Botero, veterinario experto en ortopedia para caballos afirma que esta técnica es efectiva y aumenta el rendimiento del animal.
De tres a seis meses
Giraldo acota que cuando se trata de un tratamiento para mejorar una lesión, el tiempo que puede tardar el caballo es de 3 a 6 meses.
“Dependiendo de la gravedad. Cuando son problemas articulares es más rápida la recuperación”, dijo Giraldo Botero.
¿Cómo debe ser la piscina?
La piscina que se usa para la hidroterapia debe ser redonda, para que el caballo pueda dar vueltas en círculos a medida que el entrenador lo guía.
Para llevar a cabo la hidroterapia equina, se requiere de la presencia de un veterinario o un entrenador de caballos.
El cual tiene como función sostener al caballo, que está atado con una cuerda, y ayudarlo a caminar en círculos.
El ejercicio que hace el caballo en el agua fría, con chorros de presión que a su vez le dan un masaje, hace que el animal se relaje.
Cabe destacar que la piscina debe tener un piso de cemento para que el caballo no se resbale y la profundidad debe ser de unos tres metros aproximadamente.
Entre los beneficios de esta terapia es que el caballo camina y fortalece su capacidad para nadar, al tiempo que puede seguir entrenando sin sentir más dolor.
Tres reacciones que provoca la hidroterapia equina
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