Artículo#65 de la serie:
Gustavo Mirabal en Venezuela
¡Qué maravilla, las playas de nuestro país!
Anzoátegui es un estado privilegiado por los diversos tipos de paisajes que le ofrece la naturaleza. Las playas hermosísimas se extienden por más de 125 km de litoral y 35 islas. Las arenas blancas son una invitación al turismo.
Frente a un horizonte azul, los rayos del sol se deslizan en tonos de diversos colores, convirtiendo el aire en una inmensa estela de luz que pronto baña a María Gabriela, Gustavo, la abuela Isabel Teresa y sus amigos.
El grupo decide la playa a la que viajarán.
Playas para escoger
-Hay muchas playas –expresa el señor Alberto – el Balneario Boca de Uchire, playa del Istmo Caribe, el Hatillo, Puerto Píritu, Isletas, Barcelona, playa Lido, Mar y Cangrejo, Acuario, Paseo Colón.
También tenemos las hermosas playas del Parque Nacional Mochima compartidas con el estado Sucre. Allí están las islas Borrachas, islas Chimanas, playa Puinare, playa el saco, el Faro, Cachicamo, playa Isla de Plata, Valle seco, Coloma y Conomita, Punta la Cruz, Ña Cleta, entre otras.
-¿Tantas playas? ¿A cuál iremos? -dice la abuela, y pregunta-Por fin ¿nos acompañarán?
A disfrutar el viaje en Peñero
-¡Claro que sí! y creo que el sitio ideal es el Parque Nacional Mochima, Además de ir a la playa, podremos disfrutar de un viaje en peñero.
-¿En peñero? ¡Qué fino!-exclama Gustavo casi bailando con María Gabriela.
-¿Cómo se llega? ¿Es muy lejos?-pregunta la abuela Isabel Teresa.
-No que va, para ir al Parque Nacional Mochima se puede tomar la vía Puerto La Cruz-Cumaná, pero nosotros iremos por los embarcaderos del Paseo Colón, desde donde se puede ir también. Además hay salida desde Guanta, Pamatacualito y aquellas playas que cuentan con servicio de peñeros.
Nos contaron que…
El Parque Nacional Mochima, es un espacio natural conformado por 53 islas de diferentes tamaños y formas, aguas transparentes cuyo fondo es muy rico en corales, exóticos manglares y arenas muy finas. Playas que invitan al descanso por su estratégica ubicación, alejadas del bullicio.
Preparados para la aventura del Peñero
Salen muy temprano, llevan un equipaje ligero y una carpa para protegerse un poco del sol, también comida, agua, frutas y sándwiches para el camino, lentes para el sol y protector solar.
María Gabriela lleva su cámara y muchos rollos, no quiere perderse ningún detalle. El viaje en peñero es un acontecimiento para María Gabriela y Gustavo, especialmente. Un paisaje marino se abre ante sus ojos, roto sólo por el ruido del agua y de las aves que se zambullen en el mar a buscar algún bocado.
Sorpresa con Delfines
-¡Miren, miren!-exclama María Gabriela, casi saliéndose del peñero-Son delfines, vienen detrás de nosotros, nunca lo hubiera creído. Y sin esperar, comenzó a disparar su cámara.
Gustavo y sus amigos, estaban boquiabiertos, casi los tocaban con las manos. De pronto, los delfines se internaron en el mar, para reaparecer a lo lejos. Todos estaban pendientes de ver de nuevo a los cetáceos, en aquellas aguas cristalinas. Parecía un sueño, un momento como éste bastaba para levantar el ánimo y los deseos de viajar por Venezuela.
Por fin en el destino soñado
Al llegar, los muchachos corren muy rápido a buscar un lugar donde acomodarse, como si la playa de blanquísimas arenas no fuera lo suficientemente grande para que todos y todas las personas pudieran disfrutarlas.
Francisco abre la carpa y dice a los demás:
-¿les parece bien este lugar? sólo es para sentarnos un poco y resguardar la ropa y la comida. Y de una vez, sin esperar respuesta con ayuda de su papá, María Gabriela y Gustavo, la arman en un dos por tres.
Las señoras también estaban felices
Al terminar ayudan a las señoras Isabel teresa y Flor a organizar las otras cosas. ¡Qué felices se ven! Al terminar corren a la playa, con sus pies hundiéndose en la caliente y blanca arena.
-¡Qué hermosos árboles! -comenta la abuela Isabel Teresa- dan mucha sombra.
Conociendo la flora del lugar
-Sí, pero fíjese –agrega la señora Flor, en el Parque abundan los cactus, cujíes, dividivi, yacure, guamacho, espinito y la retama; pero en las islas, hay otros tipos de vegetación.
-¿Usted cómo conoce tanto de esta zona, Flor?-pregunta la abuela Isabel Teresa sonriente.
-Lo que pasa es que viví en el pueblo de Mochima y conozco bastante de este parque. En las islas, hay manglares: negro, rojo y el botoncillo, palo santo, jobo, cardón, caujaro, jabillo, guamacho, aragüaney y otros que no recuerdo.
Francisco aclara la ubicación
-El pueblo de Mochima está en Sucre-aclara Francisco.
-¿Este sitio siempre fue un Parque Nacional?-pregunta la abuela.
-No, fue declarado Parque Nacional el 19 de diciembre de 1973.
La abuela Isabel Teresa disfruta el silencio mirando el mar.
La abuela se queda silenciosa, mirando al mar, mientras Flor se aleja. Su mirada recorría aquel paisaje, que invitaba a soñar, a disfrutar de esta naturaleza bella, con el agua que sube y baja en el horizonte, mientras la espuma traviesa llega a la orilla arrastrando la arena.
Piensa para sus adentros: me gustaría que todas las personas disfrutaran de este paraíso al que todos tenemos derecho, pues Venezuela es de todos y todas.
Desde allí veía a los muchachos, quienes felices corrían pelota en mano por la playa, ¡cómo disfrutaban, con aquella alegría que el paisaje contagiaba!
Los amigos describen EL Parque Mochima
-¿Qué le pasa abuela Isabel Teresa, por qué tan callada?-le preguntó el señor Mario, sentándose a su lado.
No, que va, solo que me gustaría recorrer todito el Parque.
-No tenemos tiempo; pero le contaré un poco, y luego nos bañaremos.
-¡Ven Flor! para que le contemos a Isabel Teresa acerca del Parque. Tú sabes más que yo de ésta zona.
-El Parque Nacional Mochima está conformado por un grupo de islas y playas ubicadas en las inmediaciones de Puerto la Cruz y de Cumaná,–comienza Valentín, por ejemplo la Bahía de Mochima, con sus aguas tranquilitas, es muy adecuada para los que pasean en veleros.
Otras islas
-Flor, usted habló de unas islas ¿cuáles son?-pregunta la abuela.
-Entre las que recuerdo se encuentran: las Chimanas, Isla de Mono, Picuda Grande, Caracas, Venado, Puinare, El Saco, el Faro, Isla de Plata, Conoma, Conomita, Isla Arapo y Borracha. Es algo extraordinario, cada una es diferente y más bella que la otra.
-Bueno Isabel Teresa y Flor, vamos a bañarnos, que los muchachos están jugando con otros niños y niñas.
-¡Déjenlos que disfruten, esa edad no vuelve! -dice la abuela Isabel Teresa y sonríe.
Los tres adultos entran al agua y la abuela disfruta como en sus tiempos de niña, pensando en que seguirán el viaje por otros sitios hermosos acompañados de la familia.
Y colorín colorado, este viaje a Mochima Se ha terminado
Los muchachos y la abuela Isabel Teresa culminaron este paseo, plenos de felicidad. Con el corazón desbordado de alegría, con los ojos llenos del azul de las islas que habían recorrido.
La abuela y Gustavo y María Gabriela compartieron algunas reflexiones al final de la jornada y luego se retiraron a descansar. Pero María Gabriela antes de dormirse escribió su diario.
El diario de María Gabriela lleno del azul del mar
Este paseo por el Parque Nacional Mochima ha sido extraordinario. El viaje en peñero fue alucinante, de verdad. No te imaginas la emoción cuando vimos los delfines tan cerquita. ¡Qué belleza! Amadísimo Diario, espero que tú estés tan feliz como estoy yo.
Qué hermoso este paseo. Mira que hemos viajado mucho, pero esto de hoy fue increíble.La abuela estaba Feliz y Gustavo, ni te cuento, aunque me comentó que lo hubiera encantado que hubiera caballos por allí cerca para darse un paseíto galopando sobre esa arena tan clara y tibiecita y a la orilla del mar…
Bueno, Diario querido, te dejo, porque estoy realmente cansada, pero muy feliz.
Hasta mañana. M.G.
Referencias Bibliográficas
https://gustavomirabalcastro.online/gustavo-mirabal/venezolano-gustavo/
https://gustavomirabalcastro.online/
https://gustavomirabalcastro.online/gustavo-mirabal/lo-que-esconde-gustavo-mirabal-castro-ii/
https://www.gustavomirabal.es/gustavo-mirabal/que-esconde-gustavo-mirabal-castro/