El caballo Babieca y el Cid

El caballo Babieca y el Cid

Muy pocas veces en la vida cuando alguien le da un regalo a otra persona, le da la opción de elegir. Pues, la mayoría de las veces es una sorpresa. Sin embargo, en este caso sucedió todo lo contrario. Es así, como comienza la narración de la Historia del Caballo Babieca.

Gustavo Mirabal como buen lector que es se interesó en leer esta fascinante historia ecuestre.

Babieca un regalo singular

Babieca fue un regalo que el padrino de El Cid, un religioso llamado Peyre Pringos o Pedro el Gordo, hizo a su ahijado. En efecto, ocurrió que cierto día, Pedro El Gordo llevó a un niño llamado Rodrigo Díaz de Vivar al monasterio donde residía.

El religioso dijo a su ahijado:  ”Elige el potro que más te guste”. Es así como Rodrigo, eligió un ejemplar especialmente feo, por lo que su padrino, decepcionado, exclamó: “ese es un Babieca”. Dicho de otra forma, un caballo de escasa presencia, débil y patoso. Sin embargo, con el paso del tiempo se convertiría en un caballo histórico.

El caballo Babieca
El caballo Babieca

Babieca en la literatura

Babieca fue el legendario caballo que las fuentes literarias, a partir del Cantar de mio Cid (escrito hacia 1200), y la tradición posterior, atribuyen al noble castellano Rodrigo Díaz conocido como El Cid Campeador, quien llegó a dominar prácticamente todo el oriente de la península ibérica a finales del siglo XI.

Antes de ser nominado en el Cantar de mio Cid, la yegua del héroe castellano estaba caracterizado sin nombre en el Carmen Campidoctoris (compuesto c. 1190) como un caballo norteafricano comprado por mil dinares, de gran agilidad y velocidad, algo especialmente valorado en los caballos de guerra, que eran robustos, pesados y relativamente lentos.

Sin embargo, en el mismo Cantar a Babieca se le presenta, después de la toma de Valencia y cuando el Cid va a recibir a su mujer e hijas, como un trofeo de guerra que las posteriores prosificaciones cronísticas del poema. Atribuyen concretamente a la victoria sobre el rey de la Taifa de Sevilla.

Esta literatura tan maravillosa ha sido leída por Gustavo Mirabal Castro.

Significado del nombre de Babieca

  • La hipótesis mejor fundada la postulo Martín de Riquer en 1953 y sostenía que el nombre de «Babieca» fue tomado por analogía con el caballo de Guillermo de Orange, del ciclo épico francés, que se llamaba Bauçan, ya que en castellano medieval «bausán» significaba ‘necio’ o ‘tonto’, lo mismo que «babieca».
  • Por último, se ha propuesto que el nombre provenga del uso de algunas hablas aragonesas. En las que el término babieca (o babueca) significa ‘búho’ o ‘lechuza’.

Babieca y la última vez que fue montado.

Según la Leyenda de Cardeña, elaborada en torno al Monasterio de San Pedro de Cardeña hacia 1270. Fué el caballo sobre el que la esposa de El Cid montó el cadáver de éste. Haciendo creer a sus enemigos que seguía vivo. Después, nadie volvió a montar a Babieca. Murió dos años más tarde a la inusual edad de cuarenta años. Enterraron el caballo en algún lugar del Monasterio de San Pedro de Cardeña. A diez kilómetros de Burgos, en el término municipal de Castrillo del Val y junto a las localidades de Cardeñajimeno.

 

Nadie se detiene en que Babieca era una yegua

Este es un tema  que muy pocas investigaciones y comentarios sobre el Poema  del Cid ha tomado en cuenta, como ocurre  en la mayoría  de los casos, hasta  en el mundo animal  se refleja  la discriminación de género.

Babieca era una yegua. Su nombre se le caracteriza y se asocia,  como hemos visto, con los términos “necio” o “tonto” y posteriormente hasta  se propone la proveniencia  de este  nombre, del habla aragonesa, en la que se le asocia  con “búho” o “lechuza”. Por lo menos, en este  caso se le asocia  con la actitud de atención,  y por  supuesto, con la sabiduría, recordemos  a Minerva, la diosa griega  de la sabiduría, la diosa d los ojos glaucos, la de los ojos  de lechuza.

 

¿Quién fue  el Cid?

El famoso Cid Campeador fue Rodrigo Díaz de Vivar, caballero castellano leal a la corona de Castilla. Se ganó el título de Cid Campeador debido a sus numerosas victorias en combate, además se hizo con el dominio de su propia mesnada. De igual modo, conquistó Valencia y estableció allí un señorío independiente hasta el día de su muerte.

 

Don Rodrigo Díaz de Vivar 

Nacido en Vivar en 1043, queda huérfano muy joven. Por esa razón entró al servicio de la corte de Fernando I de León. Luego pasa a ser educado junto al hijo de Fernando I de Castilla y León, el infante Sancho. Fue instruido en letras y el manejo de armas, formado para ser caballero. Años después, cuando este último es coronado rey de Castilla y León, es nombrado alférez real a Rodrigo en 1065.

 

Babieca y el Cid

 

 Qué  significa la palabra “cid”

La palabra “cid” es una palabra  de origen árabe y significa “señor”.  Esta palabra  tiene relevancia  significativa  en la Edad Media, época  en la que se escribió el poema del Cid.

Este es un periodo histórico en el que adquieren relevancia valores  como la lealtad  al rey, la religiosidad y la defensa del honor y la moral. Ha trascendido en el tiempo el famoso verso No 20 del poema del Mío Cid “Que buen vasallo hubiera sido, si tuviese un buen señor”. Un verso que ha tenido múltiples  interpretaciones  y algunas  de ellas  apuntan a que  ese buen señor  no tendría  que  ser necesariamente Alfonso VI, quien en mitad  del poema  logra perdonarlo. Varios autores se han dedicado a reflexionar  sobre  esta polémica afirmación:

García-Gómez exonera a Alfonso y aporta una solución profunda pero, a mi juicio, no completa, por la que hace que el buen señor del verso sea nada más y nada menos que Minaya Alvaz Fáñez, lugarteniente del Cid que, a modo de hombre bueno, sea el que medie entre el rey y el Campeador. Así, respetando la absoluta fidelidad del pueblo burgalés, del que es imposible que salga una mala palabra hacia su rey don Alfonso, este investigador plantea que no es posible una censura abierta al rey (http://www.ongallo.com/2016/01/16/dios-que-buen-vassallo-si-oviesse-buen-senor/) Consulta, 15 de junio, 2019

 

El poema  del mío Cid

Es un clásico de la  literatura española  y de la literatura universal. El Poema de Mío Cid, es una de las  máximas  expresiones  de la literatura épica española.   Es un poema heroico de 3733 versos.

Rodrigo Díaz de Vivar (1043-1099) su gran protagonista,  es una figura histórica y así es resaltado. El poema El Mío Cid, es considerado el primer monumento literario escrito en lengua castellana que pertenece a la poesía épica. Es una obra extensa  y es el único cantar épico de la Edad Media hispánica.

Ramón Menéndez Pidal, el investigador  más importante sobre el romancero español y sobre la poesía épica española, crítico e historiador de la literatura europea, dice que el Cantar del Cid se escribió hacia 1140, Se conserva completa una copia completa y  única de la primera mitad del siglo XIV.  El poema del Mío Cid es de autor anónimo.

 

El Cid  es desterrado

El Rey Alfonso VI, fue persuadido  por las mentiras de García Ordóñez  y destierra al Cid, y este convoca a sus parientes y vasallos quienes le  prometen seguirle en su destierro. El Cid al ver su casa vacía, llora y se marcha. Al salir de “Vivar” ven a una corneja por la derecha, que les da un buen augurio, al llegar a Burgos, la ven por la izquierda lo que les anuncia uno malo.

Así se da inicio a una serie de acontecimientos y de gestas  que  llevan al Cid  a demostrar, no sólo sus destrezas  como guerrero, sino como buen vasallo  y como fiel a su rey Alfonso VI. Debe abandonar  a su esposa Jimena y a sus dos hijas.

 

Inicios de las luchas del Cid y sus conquistas

Al principio, el Cid  debe  sortear muchos peligros, incluso temió ser perseguido por  el rey. Recorre las tierras de Castilla, toda la gente le acoge. Se refleja en el poema que la última noche que durmió en Castilla, tuvo un sueño en el que  se le aparece el arcángel San Gabriel y le dice que continúe su camino.

  

Unos caballos para el rey

Cuando parten, el Cid teme que el Rey le persiga, así que se va a Zaragoza y toma Alcocer luchando contra el rey moro de Valencia y, envía 30 caballos de su motín al rey para que vea su hazaña. El rey lo acepta pero sigue muy molesto.

En sus largos y dolorosos recorridos consigue gente  que  lo esquiva y también encuentra a fieles  seguidores que  se suman  a sus aventuras y conquistas.

 

El rey perdona al Cid

El Cid se dirige a Valencia y poco a poco va conquistando los territorios y luego de tres largos años en guerra conquista Valencia. Manda a su vasallo Minaya Alvar Fáñez, que le pida al Rey que deje salir a Jimena de Castilla.

El Rey  obviamente entusiasmado por las conquistas, perdona al Cid y a sus vasallos y, le concede su petición. Esto origina la envidia de García Ordóñez y de los Infantes de Carrión, éstos últimos planean casarse con las hijas del Cid para conseguir riquezas. El Cid y sus vasallos se dirigen a Valencia pero antes en Burgos consiguen caballos, mulas y guarnición. Y así, continua una larga carrera de conquistas y también de penurias  para el Cid.

 

El león del Cid, humilla a los infantes  de Carrión

Finalmente los  infantes de Carrión se casan con Las hijas del Cid.

Minaya va en busca de Jimena para llevarla a Valencia, pues el Cid debe permanecer en ella para defenderla y heredarla. Minaya llega a San Pedro, el abad manda recuerdos al Cid. Empiezan el camino hacia Valencia con las hijas y Jimena.

Una noche, mientras todos están reunidos y sentados, el Cid duerme y de repente su león se sale de la jaula y los infantes de Carrión se asustan y se esconden, el Cid se despierta y consigue calmarlo. Todos se maravillan. Los infantes de Carrión se sienten avergonzados y ellos planifican la venganza de esta humillación y golpean a sus esposas y las dejan abandonadas.

Finalmente  las hijas  del Cid  contraen nuevas nupcias y los infantes  de Carrión son desterrados.

 

El mester de juglaría:

Este nombre pertenece al arte de escribir y cantar poesía épica y lírica. Es el oficio de los cantores y narradores  populares que iban por los pueblos cantando las hazañas  del los héroes, de otros personajes importantes y también  cantaban historias  de amor y de  desamor.

 

El repertorio de los juglares

El repertorio de los juglares solía estar formado por escenas selectas de gestas, cuyo recitado era semirrepresentado ante el público, quien, al oírlas continuamente cada vez que iba a comprar a la plaza, a realizar  algún recado o cualquier gestión,  iba memorizando las estrofas o escenas que más le gustaban, de forma que algunas todavía perviven en la tradición oral.

Estos cantares de gesta estaban protagonizados por héroes y caballeros que realizaban hazañas legendarias y personificaban los valores más apreciados por la sociedad medieval.

 

También hubo juglaresas

Algunas  veces también se adaptaban a las particularidades de cada lugar, introduciendo localismos y noticias y también había mujeres juglaresas que cantaban y recitaban. Tarsiana fue  una de las juglaresas más famosas, que  se inmortalizó en la obra El libro de Apolonio.

Muchos de los autores de las obras son anónimos, pues se trataba de largos cantos que iban cambiando a medida que se difundían. Los poemas también se denominan cantares de gesta y uno de los más famosos en España fue el poema del Cid.

Gustavo Mirabal ha disfrutado al máximo al leer está interesante historia titulada el caballo de Babieca

Fuentes Consultadas:

https://es.wikipedia.org/wiki/Babieca

https://www.tispain.com/2013/03/babieca-el-caballo-feo-del-cid-campeador.html