Artículo #25 de la serie:
GUSTAVO MIRABAL EN VENEZUELA
LA HISTORIA DE UN NIÑO, CAMINO A LA ADOLESCENCIA
Preámbulo para hablar sencillamente
MI CABALLITO
Letra y Música: Simón Díaz
Mi caballito
se me fue mi caballito
por un olvido
no le puse la manea,
o mejor dicho,
que no fue por un olvido
es que me gusta
cuando corre y corcovea (bis)
Se desespera
la mañana aquí en mi pecho
porque yo tengo derecho
de saber dónde andará.
Y si es que lloro
no me da ninguna pena
que me mire mi morena
cómo no voy a llorar (bis)
A dónde fueron
esas patas relanchinas,
a dónde fueron
esas crines de candela,
hoy lo becerros
se quedaron en Garcita
y qué le digo al maestro
de mi escuela (bis)
Regresa pronto
caballito primoroso
taguapire milagroso
ayúdame a resolver
porque los hombres
no son hombres verdaderos
cuando pierden su sombrero
su caballo y su mujer (bis).
https://www.youtube.com/watch?v=V3R-Wbuk1u0
Al galope entre la niñez y la adolescencia
La historia de la humanidad se escribe en tiempos diferentes. La historia de cada ser humano se escribe especialmente en estos tiempos diferentes.
En estos momentos diferentes de cada ser humano, la infancia y la adolescencia marcan una pauta singular. Podríamos decir que nos marcan con tinta indeleble.
Esto lo vemos reflejado no sólo en la vida de cada una de las personas y en lo que conocemos en la cotidianidad. Todo esto se refleja en la relación arte y vida, expresión estética y desarrollo personal.
Y vamos al galope por el mundo transformándonos de niños y niñas en hombres y mujeres. Es decir vamos madurando de la niñez a la adolescencia hasta llegare a la madurez.
La infancia y la adolescencia están reflejadas en esta canción de “Mi caballito” de Simón Díaz.
El sentimiento de pérdida en Mi caballito
Como hemos dicho, se juntan en un mismo sentir de esta canción la infancia y la adolescencia.
Cada etapa de la vida, en cierta forma, significa la renuncia a la etapa anterior y en ella se refleja de alguna manera, una especie de duelo del que no estamos conscientes necesariamente.
En esta canción percibimos esta pérdida desde los primeros versos. Al final de cuentas es un niño que se acerca a la adolescencia. Es un niño que cierra un proceso en su vida y se acerca a la vida adulta entrando a la adolescencia. Y queramos o no, esto representa un duelo.
El caballito representa la infancia y la adolescencia
El caballito representa la infancia en la que se juega y se galopa libremente; pero también representa el inicio de la adolescencia.
Muerte y despedida; bienvenida a nuevas experiencias en un juego de palabras en el que nos podemos concentrar y donde además, la experiencia lúdica es importante en sí misma:
…o mejor dicho,
que no fue por un olvido
es que me gusta
cuando corre y corcovea
Sería redundante comentar lo que es obvio, pero no queremos dejar de resaltar que al lado de la tristeza, está presente el espíritu de la libertad. Ello está reflejado en esa afirmación de que no fue por un olvido, sino por el gusto de ver al caballo en libertad, y el corcoveo representa el juego, el placer del disfrute de esa libertad.
Es un querer y un no querer al mismo tiempo. Es el niño que no abandona el juego, pero que se acerca a la pubertad.
Entre la tristeza y el despertar al amor.
No le importa a este niño adolescente, que lo vean llorar, si al final de todo, tiene sentimientos. No le importa llorar porque “su morena” se le acercará.
Insiste el cantautor Simón Díaz en que “él tiene derecho a saber donde andará su caballito”
Si tuviésemos tiempo de realizar un análisis más profundo, podríamos desglosar verso por verso y detenernos en el significado de cada estrofa. Por respeto a nuestros lectores, sencillamente esbozamos lo que observamos básicamente en esta letra sencilla de suma profundidad.
Obviamente, hay un sentimiento de pérdida que se contrata con el despertar de un joven a otros sentimientos.
La poesía presente en Mi Caballito
Es inevitable detenerse en la belleza del lenguaje de esta letra que es un canto de amor a la naturaleza, a los caballos, pero especialmente, es un canto a la vida en su más fina esencia.
Cuando Simón cantaba esta canción y cuando tuvimos la oportunidad de escucharlo y verlo personalmente, observamos cómo se transformaba y podríamos decir con certeza, que realmente “era un poema”.
Era un poema el cantautor. Era un poema la canción y era un poema el público que él conquistaba con sus versos.
Inevitable recordar de nuevo los versos que evocan la nostalgia
“A dónde fueron/esas patas relanchinas, /a dónde fueron/ esas crines de candela, /hoy lo becerros/ se quedaron en Garcita/ y qué le digo al maestro/ de mi escuela”
Estos versos nos centran en la nostalgia, en el recuerdo de la alegría y del colorido de la belleza del paisaje del llano.
Es la presencia del niño de la escuela que se pregunta sí mismo y se enfrentará con la pregunta inquisidora del maestro.
Esto nos da otros elementos para el análisis que podríamos compartir en futuras entregas.
La sensibilidad a flor de piel
Escuchar esta canción y ver los videos que sobre ella se han realizado, nos sensibilizan mucho sobre la relación que puede establecer un niño con su pequeño potro, pero también nos acercan a la belleza del paisaje del llano venezolano.
Nos acerca también a pensar en ese niño que se va convirtiendo en un hombre. No pone en contacto con ese joven que se acerca a la madurez.
Mi caballito es un adolescente rebelde.
“Regresa pronto/caballito primoroso/taguapire milagroso/ayúdame a resolver/
porque los hombres/ no son hombres verdaderos/cuando pierden su sombrero/ su caballo y su mujer”
Estos últimos versos nos dan indicios de otros aspectos característicos de la cultura latinoamericana y de la cultura venezolana.
Éste es el rasgo distintivo de lo que se considera el caballero vernáculo que tiene el poder y el dominio y que de alguna forma se ha entendido como el patriarcado presente en la cultura.
Todo esto representado en los últimos versos que definen al hombre verdadero. Por ello hablamos del paso de la infancia a la adolescencia.
Primero tenemos al niño de la escuela, pero finalmente tenemos al adolescente que siente la nostalgia de lo perdido, pero que ya tiene en su haber vivencial el poderío de los valores del adolescente que empieza definirse como un hombre bajo la influencia del cultura androcéntrica.
Y en este sentido tenemos a un personaje rebelde que ya ha dejado de ser un niño.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
https://www.gustavomirabal.es/gustavo-mirabal/el-verdadero-gustavo-mirabal-castro/
https://www.gustavomirabal.es/uncategorized/gustavo-mirabal-en-el-mundo-ecuestre/
https://www.gustavomirabal.es/equitacion/el-hipismo-en-venezuela-tiene-nombres/
http://gustavomirabalcastro.online/gustavo-mirabal/venezolano-gustavo/
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