La diarrea en los potros es una enfermedad común a la que frecuentemente no se le da mucha importancia. Sin embargo, puede desembocar en consecuencias peligrosas. A su vez, el éxito del tratamiento radica en poder identificar los casos que requieren de terapias específicas. Estas terapias deben comenzarse sin esperar a confirmar un diagnostico definitivo. Para ello, se debe diagnosticar de manera presuntiva la causa, usando la sintomatología y conociendo las enfermedades frecuentes que afectan a ese grupo de edad.
Causas principales de las diarreas en potros
Las causas incluyen agentes bacterianos, víricos y parasitarios. Además de una variedad de patologías no infecciosas como asfixia perinatal, nutrición o agentes mecánicos. Vale destacar, que tanto la distribución temporal como la gravedad de los síntomas clínicos, nos sirven para establecer un diagnostico presuntivo e identificar la necesidad de uno u otro tratamiento.
En este orden de ideas, los cuadros que son clínicamente más relevantes y frecuentes en potros neonatos son los causados por diarreas de origen bacteriano. El tratamiento específico es el metronidazol o agentes bloqueantes de toxinas (esmectita) para el clostridium, y los aminoglucosidos o cefalosporinas de tercera generación para la salmonela.
Otras bacterias pueden causar las diarreas en potros
Otras bacterias que pueden originar diarreas en potros incluyen Rhodococcus equi y Lawsonia intracellularis. Pero éstas causan problemas desde la 3ª o 4ª semana en adelante. En el caso de R.equi, hasta el 50% de los potros que sufren la forma respiratoria presentan lesiones intestinales. Sin embargo, sólo unos pocos presentan diarrea como tal, por enterotiflocolitis grave.
Rotavirus
Rotavirus es la causa vírica más frecuente. No se debe olvidar, que aparece de manera epidémica en las explotaciones y no suelen requerir tratamiento intensivo, sino sólo de soporte. A su vez, las enteritis virales no causan consecuencias sistémicas graves a excepción de pérdidas electrolíticas, acidosis metabólica y maldigestión que puede tratarse de manera complementaria con enzimas como la lactasa. Puede diagnosticarse en la explotación con un kit comercial en heces.
Diarreas parasitarias
Son menos frecuentes de lo sospechado. Las infestaciones por estróngilos ocurren en gran medida sin manifestaciones clínicas por contagio mamario y pueden evitarse desparasitando a la madre postparto. La criptosporidiosis aparece en potros inmuno-comprometidos y es importante por su potencial zoonótico.
Causas no infecciosas
Las diarreas por causas no infecciosas más severas están relacionadas con el síndrome de asfixia perinatal. En la cual, se produce daño isquémico del intestino grueso, pero también del intestino delgado, dando lugar a cólico, reflujo e íleo. Es por ello, que estos potros necesitan cuidados intensivos y presentan un pronóstico reservado.
Tratamiento
Se divide el tratamiento en dos categorías principales: tratamiento de soporte común para todos los potros con diarrea sin manifestaciones sistémicas y que toleran la alimentación de la madre. Por otra parte, tratamiento intensivo para potros con síntomas relacionados con las alteraciones sistémicas como sépsis, SIRS o lesiones graves del tracto intestinal (necrosis).
Fuentes consultadas
https://revistas.ucm.es/index.php/RCCV/article/viewFile/40082/38511
https://www.gustavomirabal.es/salud/anemia-en-los-caballos/
Para más información consulta:
https://www.flickr.com/people/161015276@N06/
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https://www.equnews.com/miscellaneous/gustavo-mirabal-en-gc-farm-go-separate-ways/