Al menos una vez en la vida se ha preguntado ¿en qué momento está listo un caballo para competir? Como todo atleta el caballo tiene un tiempo especial en el cual debe ser formado si su destino es ser el acompañante de un jinete en la pista de carreras.
Por naturaleza el caballo es veloz, resistente y fuerte, pero para ser corredor en pistas debe entrenar tanto como el jinete. Su madurez se evidencia a partir de los dos años, tiempo en el que ya puede comenzar a competir, sin embargo, es a los tres años que alcanza su plenitud para brindar un mejor rendimiento.
No hay un límite de carreras para los caballos, éstos tienen permitido competir siempre y cuando tengan un buen estado físico y emocional; Un factor importante que sin duda influye en los resultados que su dueño espera de él es la crianza del caballo, la alimentación, rutina de entrenamiento y cuidados que el animal reciba.
¿Qué hacer tras finalizar la competencia?
Tras finalizar cada competencia el caballo debe ser revisado puesto que muchas veces ocurren lesiones y fracturas en las articulaciones de las patas delanteras, lo cual puede provocar una retirada temprana de la pista.
Un ejemplo de gloria fugaz es Frankel, considerado el mejor purasangre de la historia. El campeón inglés, propiedad del príncipe saudí Khalid Abdullah, se retiró en 2012, a los cuatro años de edad, después de haber cosechado durante dos años catorce victorias en catorce carreras. Ahora pasa sus días como cotizado semental: ficharlo para un apareamiento ronda los 160.000 euros, registra el portal www.muyinteresante.es.
La vida deportiva de un équido depende de la preparación que reciba, de la relación que tenga con su entrenador y sin duda sus propias cualidades. En este sentido, el carácter del animal hace la diferencia.
Un caballo pura sangre es de carácter caliente y nervioso, “lo que le permite comportamientos explosivos en el inicio de una carrera”, indica el portal https://misanimales.com. En tanto, un caballo cuarto de milla posee un temperamento más dócil y equilibrado, lo que facilita su cría y entrenamiento. De hecho, suelen aprender con mucha facilidad junto al jinete debido a su inteligencia y sociabilidad.