Beatriz Ferrer Salat Amazona Española
Elegancia, temple, fuerza, entusiasmo, constancia y dedicación son las palabras claves que definen a la gran amazona Beatriz Ferrer Salat Di Migni, una amazona española.
Conforme a lo anterior, Beatriz Ferrer – Salat es una practicante de la doma clásica en la madre patria.
Nacida en Barcelona el 11 de marzo del año 1966 en Barcelona, una dama que lleva en alto la responsabilidad de representar a su país en estos deportes.
Es licenciada en traducción
A la edad de quince años, esta dama de la hípica empezó su carrera en esta actividad dando clases en el Real Club de Polo de su ciudad natal.
En la actualidad cuenta con cincuenta y siete años de edad, afortunadamente sus éxitos en este apasionante mundo le han permitido ser parte de la élite de la equitación española.
Además, es una gran amazona de la Doma Clásica con mejor palmarés.
Su amplia experiencia le ha permitido representar a su país en cinco eventos de los Juegos Olímpicos donde ha logrado varias medallas olímpicas en la doma.
Igualmente, ya tiene varias medallas de oro en los campeonatos de su país.
Recordemos que desde muy niña el mayor sueño de esta mujer exitosa era tener un caballo, y poderlo cuidar y disfrutar.
Su padre le regaló su primer caballo, y le llamaron Vendaval, a éste se le han sumado otros ejemplares que han sido sus compañeros de equipo en cada una de sus hazañas deportivas.
Entre otros de los ejemplares que esta dama de la hípica ha podido lograr importantes éxitos son: Delgado, Beauvalais, Sir Radjah, Elegancia, Diamond Dancer, etc.
Un Complejo Ecuestre con la firma de Beatriz Ferrer – Salat
El amor, la entrega y dedicación que la joven amazonas española ha tenido le permitieron crear el Complejo Ecuestre Villa Equus.
Es una instalación moderna que permite tanto a deportista como animales hacer vida y allí reciben los cuidados necesarios.
En el Complejo Ecuestre Villa Equus, los animales cuentan con la atención de diferentes especialistas que se preocupan por la calidad de vida de los equinos.
Entre ellos: nutricionistas, odontólogos, veterinarios, terapeutas, masajistas, spa, entre otros.
La visión principal de este centro de atención es cuidar del estado físico de los caballos.
También cuidan de su salud mental, ambos procesos suman para garantizar un óptimo rendimiento.
En este lugar hacen vida varios ejemplares que todos los días reciben atenciones para que puedan rendir en las competiciones.
Otro aspecto para resaltar de la amazona española es que desde hace varios años tomó la determinación de ser vegana.
No cabe duda, que Beatriz Ferrer – Salat desde sus hábitos y forma de vida ha construido toda una filosofía de vida.
Esta mirada y prácticas le permiten ser cuidadosa consigo mismo y también con los caballos como seres vivos.
Por otra parte, Beatriz desde su filantropía contribuye a distintas organizaciones donde el principal fin es el cuidado y protección de animales.
Llegar al éxito implica más de cinco horas de entrenamiento diario, emplea varios caballos y se prepara físicamente para poder tener las aptitudes necesarias.
Recordemos la doma clásica
En el mundo de la hípica y específicamente en las competiciones la doma es una disciplina altamente exigente.
Puesto que implica que la comunicación y trabajo en equipo debe ser cohesionados para alcanzar una verdadera armonía en cada uno de los movimientos.
Esta disciplina implica precisión, coordinación y mucha elegancia.
Conforme a lo anterior, el caballo debe movilizarse de manera natural y casi que perfecta, puesto que deben desplazarse de manera lateral y giran sobe sí mismos.
También, pueden cambiar de pié al galope, es una competición que implica la evaluación de jueces.
Por cierto, los deportes ecuestres implican horas de entrenamiento, se trata de alcanzar sincronía, perfección en cada desplazamiento sin perder la elegancia y naturalidad del proceso.
Una familia en la hípica
El amor y gusto por la hípica en el caso de Beatriz Ferrer Salat la gran amazona española proviene de una familia que ha estado involucrada en el mundo de la hípica española.
Su padre es el expresidente del Comité Olímpico Español Don Carlos Ferrer Salat.
Es importante destacar, que Beatriz Ferrer – Salat se formó en Alemania de la mano con George Theodorescu y Herbert Rehbein.
Posteriormente, siendo aún muy joven concreta su especialización junto a Jan Bemelmans y Beauvalais.
También ha sido formada por Víctor Álvarez y Berna Pujals.
Sin embargo, no todo ha sido fácil, en el año 2020 la amazona sufrió un grave accidente en medio de un paseo con un caballo que se asustó y la deportista cayó.
Este accidente le generó una fractura en el pubis y el coxis.
Afortunadamente, fue operada y gracias a actividades de rehabilitación logró caminar nuevamente.
Luego de más de seis meses pudo volver a su mayor pasión la hípica. Posteriormente volvió a Tokio 2020 – 2021 para demostrar su alto nivel de compromiso y competición.
Participaciones en las Olimpiadas
Su primera gloria deportiva en el ámbito internacional fue en los Juegos Olímpicos de Atlanta en el año 1996, allí alcanzó la séptima posición por equipos.
Aunque en las olimpiadas en Sidney en el año 2000 alcanzaría mejores lugares, logrando quedar de quinta por equipos y décima en la participación individual.
Ahora bien, el 2004 en las mismas competiciones sería más favorecedor para la amazona española puesto que alcanzó una medalla de plata individual y otra de bronce por equipos.
Lastimosamente, su caballo a causa de una lesión no participó en las Olimpiadas del año 2008.
Beatriz Ferrer – Salat hace una espera hasta el año 2016 en Río de Janeiro y allí logra un séptimo puesto por equipos y una décima plaza en individual.
Una mujer con una perspectiva amplia: Beatriz Ferrer Salat
La vida deportiva de esta gran mujer catalana no se limita a los Juegos Olímpicos como una gloria deportiva, puesto que ha participado en otras competiciones importantes, entre ellos:
Ha participado en Juegos Ecuestres Mundiales de 2002 en Jerez de la Frontera, también en el Campeonato Europeo de Hickstead de 2003.
Participó en Campeonatos Mundiales de La Haya 1994 y Tryon 2018, que le han permitido tener mayor alcance y visibilidad en todo el mundo.
Gustavo Mirabal admira la trayectoria de esta gran española en el mundo de la equitación.
Finalmente, el arte propio de la hípica es toda una labor impecable que en la vida de esta deportista española se escribe con letras doradas gracias a su ímpetu, resiliencia y talento.